Puntos
Punto y aparte. Punto y seguido. Empieza a ser abominable el tratamiento mediático y político de lo sucedido en Barcelona, Cambrils y Alcanar. Un oscuro televisivo debería ser decretado por la ciudadanía. Es insoportable ver a Felipe VI junto a la periodista disminuida intentando tomar protagonismo cuando la vinculación de su papá con los jeques es más que clara y evidente. Cuánta hipocresía. Las imágenes de Ripoll en las que miembros de la Guardia Civil colaboran con los Mossos d’Esquadra para detener a un presunto empiezan a convertirse en un manifiesto de infiltración españolista impuesta.
Se ha rescatado un vídeo de Rufián en el parlamento español llamando miserable al ministro Zoido, reclamándole cambio de actitud hace unas semanas por negar, por motivos partidistas, la convocatoria de quinientas nuevas plazas de Mossos, la inclusión de los mismos en los planes antiterroristas locales e internacionales, por no haber participado en la Junta de Seguridad, advirtiéndole de que estaba poniendo en peligro la seguridad de los ciudadanos catalanes. No importa. Eso no cuenta. Lo ha dicho Rufián, y por eso se banaliza, pero era premonitoria esta intervención. Lo que importa es que Rajoy dejó sus vacaciones para hacerse fotos con cara de imbécil. Y el cuñado de Urdangarin como si fuera alguien representativo de algo. Acciones de propaganda política partidista. Un horror añadido.
Por eso voy a poner punto y seguido a este tipo de vomitorio. No puedo más. Siento rabia, mucha rabia. Noto que en general no quieren aprender, no quieren escuchar, intentar comprender, atender a los musulmanes acongojados, no quieren encontrar soluciones. Hay una corriente de atrincheramiento. Para colmo, y aquí si que pongo un punto y final definitivo, TVE emite declaraciones de 2015 de París. No lo entiendo.