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Gargantua

El alcalde no se moja, pero otros sí

Aburto no ha cumplido la promesa de bañarse en la aguas del Ibaizabal a raíz de la crisis provocada por los casos de leptospirosis. Sine mbargo, las comparsas han organizado varios actos en el agua, entre ellos un torneo de waterpolo.


No lo dijo expresamente la incombustible pregonera que este año nos hemos echado, pero no se nos debe olvidar que los bilbainos nacemos donde nos place. También habitualmente nos solemos tomar a broma ciertas advertencias que nos lanzan nuestras autoridades. La insumisión no es algo nuevo en nuestro país, y aunque cada vez quedemos menos, nos ha solido dar buen resultado.

Un poco desobediente debió ser nuestro primer edil. Seguro que le aconsejaron calentar antes de ensayar para el aurresku de Begoña del 15 de agosto, y lo hiciera adecuadamente o no, sufrió una rotura de fibras. Él, dispuesto a no perder la ocasión de promocionarse –no como dantzari, que no le veo futuro, sino como alcalde– salió a la trasera de la basílica a perpetrar una danza más propia de la fiesta de final de cursillo en un hogar de jubilados. Perdón por la comparación pero es que el espectáculo no fue nada gratificante para quienes participamos en la romería de la Plaza Nueva y tenemos algún conocimiento de danza que los vascos atesoramos. Me pregunto, por la posibilidad que me brinda esta semana GARA, si las visitas al fisioterapeuta las pagará él o a escote entre todos. ¡Juan Mari cuidaté, que tienes edad para no hacer tonterias! Te lo digo con cariño. Aquí Txomin Pitarke para aconsejarte en todo lo que necesites. No te cobro como otros que te rodean.

Aburto, conocido fededun, debió hacer cierta promesa a la Amatxu, y por ello, bailó. Otra promesa, la de bañarse en la aguas del Ibaizabal a raíz de la crisis provocada por los casos de leptospirosis, se la llevó el viento. No le veía al hombre enseñando michelín, pero viendo cómo se toma a pecho lo de los retos, igual nos sorprendía. Mucha culpa tienen los que le critican –los de siempre, ya nos entendemos–, ¿cómo iba a bañarse nuestro alcalde cuando el consejero de Salud dijo que a él no le metía en el agua ni el lehendakari?

Algunos, no pocos, vimos que uno de los retos pendientes de nuestra Aste Nagusia, incrementar las actividades festivas en la Ría, se iba al traste. No ha sucedido así. Tenemos varios actos en el agua y las comparsas han organizado con el Club Deportivo un torneo de waterpolo para que luego nos vengan algunos diciendo que no programan más que actos cutres.

Había que mojarse y las comparsas lo han hecho con cabeza, pero sin el miedo que le da al alcalde exponerse mucho, por el qué dirán. Las encuestas que encarga siempre le dan ganador, pero en esto del agua detecto que no es el medio donde se mueve con mayor soltura.

La danza, lo siento, tampoco.