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IKUSMIRA

Alardes y marmotas hondarribitarras


Os aviso, por si lo habéis olvidado o, inocentes, pensabais que esto estaba superado. Ha vuelto a pasar: es el día de la marmota, en versión guipuzcoana. Veinte mañanas de nuestra vida en las que, como si fuéramos una versión más del país de Bill Murray en la película “Atrapado en el tiempo” (1993), nos hemos desayunado un 8 de septiembre como el de hoy con un café mojado en perplejidad, cortado con mucha mala leche y acompañado de una tostada bañada en vergüenza ajena. Sí, es la mañana del Alarde y, en lugar de la recóndita Punxsutawney (Pensilvania), esto es un pueblo de postal llamado Hondarribia.

Al pobre personaje de Murray, que era hombre del tiempo en la tele, el guionista le hacía despertarse cada mañana y repetir el día en el que una marmota, al salir o no de su madriguera, vaticinaba el tiempo que haría en invierno. La moraleja es que, de sus metidas de pata, sacaba una lección de vida que, al estilo tan de Hollywood, consistía en ser buena persona y enamorarse.

No se lo vamos a pedir a quienes desde ayer por la mañana están apostadas –la mayoría, chicas jóvenes– en el recorrido que hará el Alarde mixto, aunque digo yo que un poco de amor y buen rollo no viene nunca mal, sobre todo en fiestas. Resulta incomprensible que, porque otras mujeres quieran desfilar y participar en un acto tan del pueblo, llevemos veinte años de bronca, insultos y muy malos rollos durante todo el año. Y todo con el silencio de algunas instituciones y ciertos partidos políticos. Ya lo sé: no soy de allí, no lo entiendo. Ni falta que me hace.