08 SET. 2017 RUMBO AL PLEBISCITO CSQP a punto de la implosión, Colau ante una decisión crucial Última actualización: 08 SET. 2017 - 01:08h B. Z. barcelona No debe ser muy cómodo formar parte ahora mismo del grupo parlamentario de Catalunya Sí que Es Pot, formado por cuatro diputados de Podem, cuatro de ICV, uno de EUiA y dos independientes de la cuerda de Iniciativa. Las tensiones de la que a menudo se presenta como izquierda no soberanista se han venido acumulando durante los últimos meses y han explotado con toda su fuerza durante los plenos del miércoles y ayer, en los que su portavoz, Joan Coscubiela (ICV), ha sido mucho más aplaudido por la bancada de Ciutadans y PP que por sus propios compañeros de grupo. El tono hiriente del exsindicalista de CCOO con los grupos independentistas y su alineación sin fisuras con el unionismo ha sobrepasado los límites de la paciencia de Podem –paradójicamente, el partido no independentista más cercano al 1-O– y a un histórico como Joan Josep Nuet (EUiA). El punto culminante llegó el miércoles por la noche, cuando Coscubiela se negó a compartir su tiempo de intervención con el líder de Podem, Albano Dante Fachín, tras lo cual los diputados del partido morado y Nuet abandonaron por un rato el hemiciclo. Luego fue la CUP quien cedió parte de su tiempo a Fachín. Ayer trataron, con muchas dificultades, de mantener la cohesión en el Parlament –la intervención de Coscubiela fue especialmente dura–, pero Podem ya anunció que, cuando acabe hoy el pleno tratarán de apartar a Coscubiela de la portavocía del grupo, por lo que CSQP como coalición podría tener los días contados. La decisión más difícil Para evitar confusiones, cabría dejar claro que, aunque el partido de Fachín es el que lleva el nombre de Podem en Catalunya, para el líder estatal de la formación morada, Pablo Iglesias, su contraparte en el Principat siempre han sido los comuns, ahora constituidos en Catalunya en Comú, dirigidos por Xavier Doménech y liderados por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La relación con Fachín es realmente mala. Precisamente Colau se enfrentará en las próximas horas a una decisión crucial: decidir si el Ayuntamiento de Barcelona facilita espacios de votación o se une a los alcaldes del PSC y da la espalda al 1-O. Ayer evitó pronunciarse sobre el fondo y se limitó a trasladar al Secretario la petición de Govern de los espacios para la votación, «para que compruebe la disponibilidad del dispositivo electoral habitual y poder responder en las próximas 24 horas», tal y como pidió el Govern por carta a todos los Ayuntamientos. «Mantenemos la plena disposición a facilitar la participación en toda movilización democrática, sin poner en riesgo la institución ni a los funcionarios», añadió. Claro que el problema es que no existen garantías de que así vaya a ser, empezando por ella misma, que en las próximas horas recibirá, como todos los alcaldes de Catalunya, una advertencia del TC. Más allá de los deseos de unos y otros, no es sencilla la decisión de Colau, que apoyando el referéndum perdería a su socio de gobierno (PSC) y se arriesgaría a ser inhabilitada, pero que rechazándolo quedaría retratada al lado del unionismo cerril. La ambigüedad sobre la independencia siempre es posible (y lícita), pero sobre el referéndum es difícil ya mantenerse de perfil. La Comisión Europea evita posicionarse La Guardia Civil vigila desde el miércoles una imprenta de la localidad de Constantí (Tarragona), y en la tarde de ayer esperaba la orden judicial para entrar y registrar la empresa. El fiscal ya había hecho la debida petición. El objetivo: supuestos documentos relacionados con la celebración del 1 de octubre que esta pequeña imprenta, de una treintena de trabajadores, estaría elaborando. Esta documentación, según publicó el lunes el diario local “La República”, podría ser la lista de votantes que cada mesa electoral tendrá en sus manos en el referéndum del 1 de octubre. El miércoles, agentes de la Guardia Civil se colocaron a las puertas de la imprenta, parando y registrando a cada vehículo que salía de la nave, incluido el coche de la persona encargada de la limpieza del local. Por otra parte, también se ha conocido que unos doscientos guardias civiles que debían incorporarse estos días a otros destinos fuera de Catalunya donde obtuvieron plaza, se han visto obligados a mantenerse en el Principat, y se produce así un efecto de suma con los agentes que llegan desde otros puntos del Estado para incorporarse a sus destinos catalanes. Aunque no hay explicación oficial del Ministerio de Interior, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) informa de que esto ha ocurrido solo en Catalunya.GARA La Guardia Civil busca papeles del 1-O en una pequeña imprenta La Comisión Europea evitó ayer nuevamente pronunciarse sobre el 1-O e insistió en la postura que siempre ha mantenido, que es considerar esta cuestión como un asunto de orden interno del Estado español. «Nuestra posición es bien conocida, no ha cambiado. No tenemos posiciones ni opiniones ni comentarios sobre cuestiones que afecten al orden constitucional de nuestros Estados miembros», aseguró sobre las decisiones del Parlament. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, se mostró más beligerante aunque las competencias para cualquier intervención son de la CE. «Cualquier acción contra la Constitución de un Estado miembro es una acción contra el marco legal de la Unión Europea» –afirmó– y recordó que la propia Comisión ha declarado en otras ocasiones que, «si una parte de un Estado miembro dejara de formar parte de dicho Estado por convertirse en independiente, los Tratados dejarían de aplicarse en ese territorio».GARA