18 SET. 2017 13 DÍAS PARA EL REFERÉNDUM La mayoría silenciosa puede dar sorpresas Última actualización: 18 SET. 2017 - 00:16h Jesús Rodríguez Directa.cat Inés Arrimadas (C's) y Xavier Garcia Albiol (PP) arremeten constantemente contra Junts pel Sí y la CUP por la existencia de una «mayoría social silenciosa» en Catalunya contraria al proceso independentista. A lo largo de los últimos cinco años han intentado activarla mediante plataformas que pretendían configurar una réplica españolista de la Assemblea Nacional Catalana. De España y Catalans o Societat Civil Catalana han sido las marcas escogidas, con manifestaciones el Día de la Hispanidad o en la efeméride anual del referéndum de la Constitución del 78. Pero fracasaron. Nunca consiguieron juntar más de 15.000 personas, siendo generosos en el recuento. A pesar de sus intentos de crear una línea de choque unionista a imagen y semejanza de los escuálidos venezolanos, no lo han conseguido. En Catalunya los contrarios a la independencia se lo miran desde la televisión. Más allá de unos pocos autocares con bocadillo bajo el brazo llegados desde Zaragoza o Madrid, las protestas unionistas impulsadas por TVE y el conjunto de televisiones privadas siempre han desprendido un cierto tufo a naftalina. Exfalangistas, funcionarios de policía jubilados, neonazis y muchos abrigos de piel. Ese es el retrato de los unionistas activos en nuestras calles. El voto del «no», que existe y esta vinculado a legítimas opciones federalistas, miedos diversos o a razones identitarias no ha empatizado con las gentes del prohibir votar. Javier Pacheco, secretario general de CCOO en Catalunya, advertía el viernes: «La represión a las libertades tendrá respuesta de la gente, de CCOO también», y el periodista Justo Molinero –un referente comunicativo entre los castellano hablantes metropolitanos– añadía «que no nos retiren el derecho a votar, por el que tanto hemos luchado». Aviso a navegantes: aquellos que Mariano Rajoy incluye en la bolsa de los contrarios a la independencia pueden dar más de una sorpresa si el próximo 1 de octubre se impide votar por la fuerza.