20 SET. 2017 DE REOJO Despiece Raimundo Fitero He repasado la ceremonia de entrega de los premios Emmy, con los comentarios de la retransmisión española en su totalidad, y otra vez llego a la conclusión de que una gala es una gala, pero que quienes se inventaron las galas, profesionalizaron la televisión, han hecho del entretenimiento no solamente una industria, sino un lenguaje ideológico, saben mucho de estos asuntos. Y de las muchas lecciones que se pueden sacar de estas retransmisiones en directo, selecciono la del despiece, es decir, la manera en que desmenuzan los premios, o sea, los rangos, los rubros, la importancia de cada estamento, por coyuntural y circunstancial que parezca en el negocio final. Por ejemplo, se premia un capítulo de una serie. No la serie entera. El mejor director o mejor guionista de una serie, se refiere a un capítulo concreto porque una vez establecida “la biblia” de cada serie, en cada entrega figura (o puede figurar) un guionista o equipo de guionistas diferente aunque exista un guionista jefe y en cada entrega hay un director o directora diferente. Y eso se nota. La producción debe provocar una uniformidad básica, pero en cada capítulo hay elementos artísticos diferentes. Por eso en algunos rubros aparecían diferentes personas candidatas al mismo premio con la misma serie. Drama, comedia, mini-series, películas televisivas, programas de sketches, presentadores, guionistas, actores y actrices puros y los que son multifunción. En cada parte, su disección. No es lo mismo ser actriz de reparto en un programa donde el humor sarcástico y político a base de números cómicos es predominante que en una serie más convencional. Ver estas galas es una buena manera de entender un poco mejor la complejidad de este negocio de la televisión en todas sus versiones de producción y exhibición.