Ane URKIRI ANSOLA
GASTEIZ
Derbi en Mendizorrotza

Dos zarpazos para volver a hundirse

A pesar de realizar un encuentro serio defensivamente y llegando a tener opciones de hacer gol en la primera mitad, el Alavés acusó el cansacio y se rindió al encajar sendos goles de Oyarzabal y Elustondo en el tramo final. 

ALAVÉS 0

R. SOCIEDAD 2


Gianni de Biasi volvió a apostar por la misma alineación que le dio la primera victoria al Alavés. Volvió a dejar fuera a jugadores que tuvieron mucho peso en el arranque de la temporada, como por ejemplo Burgui, y empieza a ser extraño que Enzo Zidane no esté gozando de oportunidades ni con Zubeldía, ni con Javier Cabello ni con la llegada del técnico transalpino. Extrañezas aparte, parece que De Biasi está ya perfilando su once tipo y, por ahora, no le ha ido tan mal. O por lo menos, hasta el minuto 77 del duelo frente a la Real. Minuto fatídico que terminó hundiendo al Glorioso a pesar de cuajar un partido serio hasta ese instante. 

Pedraza e Ibai han vuelto a recuperar su mejor versión, algo que necesitaba como el comer el Deportivo Alavés, así como el orden defensivo para jugar de tú a tú ante un equipo que maneja a las mil maravillas el balón, como es el caso de la Real Sociedad. Consiguió desesperar a los donostiarras con tan reclamado orden defensivo. «Tenemos que hacer un partido perfecto tácticamente», expresó el técnico en la rueda de prensa previa al partido, y su equipo lo cumplió, llenando de dudas al conjunto de Eusebio Sacristán, que volvió a acusar la falta de profundidad en ataque. 

Maripán y Rodrigo Ely formaron una dupla insuperable –el chileno no dejó respirar al delantero referencia, llegando al extremo de seguir hasta el centro del campo–, despejando cada centro lateral. En los primeros 45 minutos solo un disparo ajustado de Juanmi, al palo izquierdo de Pacheco, hizo inquietar a la parroquia albiazul. 

Aritz Elustondo y Diego Llorente jugaron gran parte del partido desde la línea del centro del campo, metiendo a todo el Alavés en su campo. Ya con ese esquema de juego desde el minuto 4, se presagiaba un duelo duro psicológicamente, sobre todo para los atacantes que tuvieron que poner el mono de trabajo como el resto del equipo, y además rendir ofensivamente. Y lo hicieron. Medrán, Ibai, Pedraza y Munir –con la ayuda de Manu García– construyeron jugadas hilvanadas, tratando de coger desprevenida a la defensa visitante, que alentaron a los jugadores para continuar en la misma línea, con el mismo plan. El propio capitán tuvo la oportunidad más clara del partido con un disparo llegando desde segunda línea, rematando un pase atrás de Pedraza que supo engañar a su marca dentro del área.  

Oyarzabal desatasca el partido

Como era previsible, el guión no varío en la segunda mitad. Si funciona en el primer acto, ¿por qué cambiar? Estaba funcionando a los dos, porque ambas escuadras estaban respetando su esencia y ambos entrenadores confiaban en sumar de esa manera. Incluso, aunque no era el plan principal, el Deportivo Alavés tuvo más protagonismo con el balón en el arranque del segundo tiempo.

Pedraza volvió a incordiar a Álvaro Odriozola –que no es moco de pavo– y tanto él como Manu García hicieron estirar a Rulli con sendos disparos que se marcharon fuera rozando el poste. Pero desde el minuto 56 el Glorioso empezó a acusar la fatiga y también es cierto que De Biasi tampoco acertó en los cambios. El italiano dio entrada a Vigaray y Katai en sustitución de Ibai y Medrán, y esta vez –al contrario que en el Ciutat de València, que también apostó por terminar alineando cinco defensas– no le salió bien la jugada. 

Esa conclusión se confirmó, definitivamente, con el gol de la Real Sociedad, cuando restaban algo menos que quince minutos. Odriozola, incansable, asistió a Oyarzabal dentro del área y el guipuzcoano envió un disparo –con rosca incluida y al palo largo del portero– imposible para Pacheco.

En ese preciso instante en el que el balón rebasó la línea se apagó cualquier atisbo de esperanza para sumar algún punto. Oyarzabal desatascó el partido y los gasteiztarras no tuvieron reacción al verse por debajo en el marcador cuando ya se empezaba a dar por bueno el empate. La Real, por su parte, no desaprovechó el inmejorable paisaje para volver a la senda de la victoria tras cuatro jornadas sin ganar y en esas, mientras los locales fueron incapaces de alejar el peligro en un córner, Elustondo remató la faena en el minuto 82.

Guiándose por la rabia que da perder el encuentro por dos detalles, los pupilos de De Biasi intentaron meterse en el partido, en parte, por estar en deuda con una afición que no levantó la guardia en ningún momento –exceptuando el inicio del partido donde Iraultza 1921 no entró al campo hasta el minuto doce como protesta– y están obligados a reaccionar el próximo sábado en el Benito Villamarín para volver a ver la luz.