Tanto a Aspil Vidal como a Osasuna Magna les pasó factura la intensidad del derbi del pasado viernes. Ninguna de las dos escuadras navarras fue capaz de ganar en la octava jornada, si bien fueron los de Irurtzun los peor parados, tras salir goleados de La Salobreja (5-0). Al menos, los riberos lograron sumar un empate frente al reforzado Palma (1-1).

Los pupilos del sancionado Pato –tuvo que ver el partido desde la grada y dirigió al equipo Javi Ruiz– llevaron la iniciativa en los primeros compases del choque y Sergio González, muy inquieto en ataque, tuvo premio a su insistencia cuando colocó el 1-0 en el luminoso. El partido se perfilaba muy bien para los intereses locales y tanto Ferrán Plana como Iago Rodríguez –disparó al palo– pudieron aumentar la diferencia.

Tras el descanso espabilaron los insulares y ahí entró en funcionamiento un inspirado Gus, que no pudo evitar la igualada en el minuto 28 por mediación de Quintela. Impulsados por el gol, los visitantes protagonizaron sus mejores momentos, pero el marcador ya no se movió.

Bastante peor le fue a un Osasuna Magna con muchos jugadores tocados por el esfuerzo continuado de varios envites seguidos. El minuto 15 fue desastroso para los de Imanol Arregui, que vieron cómo en un abrir y cerrar de ojos ya habían encajado dos goles. Para más inri, poco después fue expulsado Martil en una rigurosa roja, un varapalo que se vio aumentado con la llegada del 3-0, obra de Alan Brandi casi con el pitido del descanso. No fueron a mejor las cosas en la segunda parte, en la que los de Irurtzun volvieron a encajar por partida doble y vieron acabar su imbatibilidad.