Matadores
Cavani sobrevive a Neymar y se une a Higuaín e Ibrahimovic como los únicos en marcar más de cien goles en dos ligas diferentes.
Sobrevivió a Zlatan Ibrahimovic de extremo izquierdo y ahora con Neymar y Mbappé a su lado, sigue siendo uno de los mejores del PSG. Edinson Cavani es un espectáculo de ‘9’. Son 52 goles en los últimos 51 partidos disputados en Ligue 1. Sumó dos más en la goleada 0-5 al Angers y el uruguayo acumula una docena de dianas para colocarse quinto en la lucha por la aún lejana Bota de Oro, en la que, por cierto, un ex de Lezama como Igor Angulo marcha séptimo, con 16 tantos en el campeonato polaco, teniendo en cuenta que los cinco primeros campeonatos en el ranking UEFA en julio de 2016 multiplican sus goles por un coeficiente de 2; las federaciones situadas entre la sexta posición y la 21ª multiplican por un coeficiente de 1'5 –caso de la Ekstraklasa–, y de la 22ª al final, por 1. Solo los tres futbolistas en la historia del fútbol han marcado más de cien goles en dos de las cinco grandes ligas europeas, y uno de ellos acaba de ser esta jornada el ariete charrúa, que se une en los honores al argentino ‘Pipita’ Higuaín, que lo lograra hace solo unos días, y, cómo no, ‘Ibracadabra’.
Un error del funcionario que registró su identidad al nacer hizo que el destino insertara una ‘n’ en el nombre de pila de alguien llamado a iluminar el fútbol. Edinson, que no Edison, se confiesa ‘atleta de Dios’, un currante de un deporte al que se entrega, del que es de esos en ser el último en marcharse del entrenamiento, que nombra a Maradona como el mejor de la historia, que señala a Marco Verratti como el mejor con quien ha jugado, que destaca a Chiellini como el mejor marcador al que se ha enfrentado, un chico de campo, demasiado sensible según confiesa, al que le gustaba hacer goles con el ‘7’ a la espalda en el Napoli, con el ‘9’ en el PSG de Unai Emery...
Es ‘Matador’ Cavani. El apodo se lo pusieron en Italia pero hoy es ídolo en París, sobreviendo a Neymar o Mbapé, y al acecho de los 113 goles de Ibrahimovic. ¿Será capaz de igualar la brutal media goleadora del sueco durante su estancia en Francia, de 0,93 goles por partido? El charrúa promedia ahora un 0,7, casi nada. «No trabajo para ser una leyenda. Yo doy todo para el equipo, el fútbol es así. Yo doy lo máximo. Si las cosas van bien estoy contento por mí, por el equipo y por los aficionados. No juego para ser una leyenda, lo hago por placer, la pasión que siente siendo futbolista», se sincera. Y le creemos. Es uno de esos de ‘siempre en mi equipo’.
Está igualado a 13 goles en la Ligue 1 con Radamel Falcao, que no marcó en el 6-0 del Mónaco al Guingamp, en una jornada de goleadas en el fútbol francés. El Marsella ganó 5-0 y el Lyon hizo lo propio pero en su caso en el derbi del Ródano y a domicilio, en casa del Saint-Etienne. Partido de máxima enemistad que derivó ya con la manita en el luminoso en el asalto al césped de numerosos hinchas de Les Verts. El detonante fue la celebración desafiante de uno de los goles por parte de un jugador marsellés, que se quitó la camiseta y mostró su nombre y dorsal a la grada rival. El árbitro dio por terminado el duelo a falta de cinco minutos por jugar, tras la invasión de campo y consiguiente irrupción policial.
Estamos ante el clásico más antiguo del fútbol francés y pocos llegan al antagonismo que se genera cuando sus caminos se cruzan. Cincuenta kilómetros separan a ambas ciudades y muchos más las diferencias entre una urbe obrera, Saint-Etienne, históricamente ligada a la minería, y la burguesa Lyon, a la industria del tejido. El declive económico de la primera en la década de los sesenta, solo endulzado por los éxitos balompédicos, dio paso al renacimiento de la segunda también en lo deportivo. Dos cluces canteranos, dos ciudades de enjundia, dos realidades econónicas adversas que acaban siempre reflejándose fuera y dentro del campo. Como en esta ocasión.
Agüero, homenaje con gol
Aunque para partido a todo o nada el que se jugaba el Lille de Marcelo Bielsa en casa del colista Metz. Una derrota y el rosarino se iría a la calle. Les Dogues salvaron la papeleta en uno de sus peores partidos, pero de inmejorable marcador, 0-3. «Que esta victoria nos traiga un poco de serenidad», dijo ‘El Loco’.
Aplomo sí que ha aportado Jupp Heynckes a su Bayern de Munich. Con él, los bávaros suman y siguen. Rotundo 1-3 en Der Klassiker en casa del Dortmund. Hace tres semanas estaban a cinco puntos del liderato que ostentaban precisamente los renanos. Entonces ficharon a Heynckes. Y hoy son primeros con 4 puntos de ventaja sobre el Leipzig, lanzados como parece hacia otra ensaladera. Como quinta marcha la que ha metido el Manchester City de Pep Guardiola, incontestable tras su solvente 3-1 al Arsenal este domingo. Es ya el mejor arranque en la historia de la Premier League, con 31 de los 33 puntos posibles, y el mejor del propio técnico catalán en toda su carrera. Encuentro en cuyos prolegómenos se rindió homenaje a otro de esos depredadores del área como el ‘Kun’ Agüero, que venía de pulverizar un récord de 78 años en los Citizens, con sus 179 tantos. Recibió una bota de cristal azul y para jugar calzó unas diseñadas para la ocasión de color dorado, con las que marcó.
«¡Agüerooooooooo! ¡Juro que no veréis algo como esto otra vez!» gritó desatado el comentarista Martin Tyler cuando el ariete, en el minuto 93, marcó el gol frente al Queens Park Rangers que dio el primer título de la primera división inglesa al City desde 1968. El argentino llegó al club en 2011, un año después de Yaya Touré y David Silva. Ellos fueron las tres figuras fundamentales para convertir un club que en 2002 jugaba en segunda división y en 2009 finalizó en décimo lugar, en un club que aspira a ganar la liga.
En el otro gran enfrentamiento de la jornada en Inglaterra, Antonio Conte y José Mourinho apenas se saludaron gélidamente antes del Chelsea-United. Tras acabar, ni eso. «Lo importante es ganar el partido. Hay que tener respeto en el campo, no fuera del campo», justificó el italiano. El luso, que al final esperó en vano para estrecharle la mano, repreguntó a los periodistas: «¿No querríais que saliera corriendo detrás de él al campo?». El choque acabó con victoria local por un solitario gol. Un día más en la oficina para los Blues, centro de Azpilikueta y testarazo de Morata, cinco asistencias del navarro al madrileño ya esta campaña... Y pensar que ‘Azpi’ arribó a Londres en 2012 por solo 7 millones de libras...
Ocho puntos de ventaja tienen ya los de Guardiola sobre el United y Tottenham, uno más respecto al Chelsea y doce a un Liverpool que ganó 1-4 con dos goles del egipcio Salah, tercer fichaje más caro en la historia de los Reds, que pagó 38 millones de libras a la Roma. Una Roma que no se quiere desenganchar de los de arriba y ganó 2-4 a la Fiorentina. Los rossoneri son quintos en una clasificación en la que solo le separan del líder cinco puntos. Venció con doppietta de Higuaín la Juve 2-1 al colista Benevento –igualando el récord histórico de derrotas en un inicio de las grandes ligas con las 12 seguidas del United en 1930-31–, empató el Napoli contra pronóstico y también el Inter. Roma y Lazio terminan de conformar el quinteto de arriba pero ambos con sendos partidos menos. «¿Por qué no hablar de Scudetto? Si no se da la zanahoria al burro, no se mueve. No somos favoritos pero tenemos que probar», ha avisado Monchi, quien fuera director deportivo del Sevilla y hoy de los romanos.
Ciro «el Grande» Inmobile
Roma y Napoli quieren ser alternativa seria a la Juventus, en una Serie A que como decía el autor de ‘‘Historias del Calcio’’, el gran Enric González, era «tan previsible como una ensalada ilustrada», siempre con «las tres hermanas», Juve, Milan e Inter, al frente de la tabla. Igual que Ciro Inmobile aspira con sus 14 dianas con la Lazio a esa Bota de Oro que lidera, perseguido por Falcao, Cavani o Messi, entre otros. Eso sí, como reflexionó su compatriota y héroe en la Eurocopa´90 en Italia Totó Schillaci, «ser delantero se ha convertido en un oficio difícil, pero siempre será mejor que trabajar». Por algo le llamaron el ‘padrino del gol’; bueno, por sus goles y por ser de Palermo.