Retrovisor
A la memoria documentalista, a la televisión de recuerdos, a los documentales cargados de expresividad ideológica, a todo ello recuerda por condensación el nuevo programa de Ana Pastor en La Sexta, que irrumpió el jueves compitiendo de tú a tú con programas de ocio y entretenimiento burdo. “Dónde estabas entonces” ha vuelto a señalar que no toda la audiencia está alineada, que no todos quieren siempre y a todas las horas, chismorreos y medias tintas, y que si se propone un programa bien estructurado que nos refresca la memoria de lo que ha sido nuestra historia reciente tiene aceptación.
El retrovisor va bien, ayuda a ver qué viene por detrás, y en televisión viene a convocar las sensaciones del más allá, a llenarnos de nostalgia, rabia o decisión para analizar de dónde venimos y qué ha sucedido desde entonces, en esta primera entrega se trataba del año 1977 visto desde nuestros días, cuarenta años después. Ayuda a entender que hubo una transición que según las tesis oficiales fue modélica, se vivía con mayores ansias de libertades, y algún detalle sustancial camuflado. Como propaganda de la transición me parece inocuo. Como reverdecer los sentimientos de libertad y lograr que se concentre nuestra memoria en unos momentos concretos, con unos personajes concretos, ayuda a una vuelta a la toma de conciencia predeterminada y a poco que uno se esfuerce a comprender que no se puede insistir tanto con esa supuesta transición ejemplar que se quiere momificar.
Sirve para conocer que las cosas que se hicieron sin pensar en nada más que una validez efímera son las que atrapan a todos los movimientos actuales. Si ayuda a comprender que la Constitución española, no solamente necesita reforma, sino que es imprescindible hacerla para no quedarse en una foto fija borrosa.