20 NOV. 2017 DE REOJO Séptico Raimundo Fitero Nos cansamos de repetir el tópico de que malas hierbas nunca mueren, pero a veces por productos químicos, agotamiento, frecuencia pluvial o destino, algunas mueren. Y mueren en todos los puntos de la Tierra. De hecho, se muere y se vive, desde hace millones de años. La cuestión es si se acomoda el calendario a tu historial biográfico o existen solapamientos que te unen de manera mágica a otras muertes y te dejan el obituario un poco señalado. Así que sin entrar en detalles, ni en sospechas conspiranoicas, el nefasto fiscal general del Estado José Manuel Maza, nombrado y mantenido pese a su reprobación parlamentaria por Mariano Rajoy, ha muerto en Buenos Aires, según dicen, debido a una infección renal que le ha provocado un colapso séptico, es decir, una muerte de mierda. Casi a la par hemos conocido la muerte de Salvatore Totò Riína, de cáncer terminal, en una cárcel desde donde seguía controlando parte de las acciones de la Cosa Nostra. El líder mafioso, un hombre de pequeña estatura, nacido en Corleone, no tenía más galones ni experiencia académica que la de dedicarse a mantener a la familia unida. Y si tenía que ser por la fuerza, por la fuerza se lograba la unidad. No soy capaz de argumentar por separado, me parecen dos vidas unidas por ese concepto de unidad violenta. No soy capaz de categorizar de manera moral el pozo séptico en el que ambos vivían. Ordenar eliminar a alguien desde una cabaña, una celda o desde la fiscalía son categorías morales muy similares. Son signos de violencia aplicada a personas en ambos casos. Y Catalunya lo sabe muy bien. Desconozco en la jerarquía mafiosa el proceso de traspaso de poderes. En la Fiscalía se debe seguir un reglamento. Pero siempre con inspiración partidista. Se rompe el tópico en el pozo séptico. El calendario ha unido a estos dos hombres.