Raimundo Fitero
DE REOJO

Fin de etapa

Intento alejarme todo lo que mi campo magnético y genético me permite tanto del procés como de esta campaña a las elecciones autonómicas convocadas de manera autoritaria por el capo Rajoy, como él mismo aseguró en un mitin, pero eso no me impide recibir mensajes secretos, voces internas y evidencias retransmitidas en directo. Se acabó la unilateralidad, se acabó el procés, se entra en una fase de retroceso o de pausa y solamente lo digo amparándome en una hecho irrevocable: Leo Messi se ha hecho la foto con el nervioso Bertomeu, todavía presidente del Barça, estampando la firma en la renovación de contrato hasta dos mil veintiuno.

No le den vueltas, no busquen explicaciones políticas, ni económicas ni mucho menos deportivas. Este gesto es una certificación de un fin de etapa. Ya no hay nada que debatir, volvemos a la casilla de hace unos pocos años, entramos en una descompresión independentista y se acumula en el ambiente los efluvios matizados de un autonomismo de nuevo cuño, de un catalanismo pactista y con ansias de recuperar el ritmo de sardana posmoderna. Quizás con otra mirada más preocupada hacia la realidad más sucia: desempleo, recortes en sanidad, corrupción. Es un decir.

Messi es el oráculo mudo, ese signo abstracto, como su firma, que resuelve el dilema. Si Messi confía en el futuro de Catalunya, el futuro está asegurado. A partir de ahora, esos mandriles con el culo enrojecido de contar empresas que han cambiado su sede social, deberán pajearse en secreto, porque volverán a su cauce. Y se reducirá de manera asombrosa el  número de burgueses catalanes huyendo con sus escrituras a otros territorios, y las ayudas estatales se volverán espinas. recuerden la publicidad, vuelve, a casa vuelve, por Navidad. Y si lo canta como milonga Messi, no hay otra cosa que argumentar. Guardiola president.