Anjel Ordóñez
Periodista
JO PUNTUA

Hola, putero

A mí no me interesa hablar de si ellas tienen o no el derecho a prostituirse. Yo lo que quiero es que hablemos de por qué tú crees que tienes el derecho a comprar mujeres». Este es un fragmento de «Hola, putero», un vídeo que la periodista Teresa Lozano y la actriz Zúa Méndez han lanzado en el canal de You Tube «Towanda Rebels». Un vídeo impresionante, directo, que desnuda sin complejos la actitud de quienes «pagan por violar». En tres minutos y medio, se dirigen a los puteros de forma cruda y desafiante: «Cuando tú hablas de industria sexual, yo hablo de trata, de estigmatización social, de proxenetismo, de esclavitud». Invertiría el total de esta columna en diseccionar el vídeo, pero recomiendo su visionado.

No sería justo obviar que la abolicionista no es una opción unívoca dentro de la antropología feminista y que el debate sigue abierto porque hay colectivos de mujeres que consideran que «el sexo y la sexualidad no son degradantes ni deshumanizadores por sí mismos, ni siquiera cuando hay dinero de por medio» y que reducir la definición de la sexualidad únicamente en parámetros de dominio masculino y sumisión femenina «puede conllevar visiones reduccionistas de las relaciones de género y terminar avalando posturas cristianas conservadoras».

Desde luego, la prostitución no es un fenómeno homogéneo. En su definición y desarrollo se mezclan y entrecruzan cuestiones de clase, de raza, migratorias... Convive con otros fenómenos no menos significativos desde el punto de vista feminista, como la pornografía, y también, por qué no decirlo, también con grupos de mujeres que declaran no sentirse «indignas ni víctimas», sino «dueñas» de su cuerpo y su sexualidad.

Pero, en todo caso y en opinión de quien firma la pieza, la prostitución voluntaria, si realmente existe, es desde el punto de vista epistemológico un fenómeno residual que en ningún caso puede avalar una institución patriarcal basada en la desigualdad entre hombres y mujeres expresada en la peor de sus vertientes: el dominio masculino sobre la dignidad de la mujer a través del comercio.