Noruega, la vigente campeona, seguirá defendiendo su título en el Mundial de balonmano femenino que se disputa estos días en Alemania. Las nórdicas derrotaron por un claro 23-31 a España en el partido de octavos disputado ayer en Leipzig, pese a que en la primera mitad las de Carlos Viver estuvieron metidas en el partido (10-13 al descanso). Nora Mork fue la MVP con 11 goles, mientras que la navarra Nerea Pena no tuvo su mejor día y falló muchos lanzamientos a puerta.

Noruega se enfrentará mañana en cuartos a Rusia, que superó a Corea del Sur en la prórroga (36-35). Las rusas tuvieron ventajas de hasta cinco goles avanzada la segunda mitad (23-28 en el minuto 39), pero necesitaron la prórroga para eliminar a Corea. Vedekhina (9), Vyakhireva (7), Samokhina (6) y Makeeva (6) se repartieron los goles, pero fue la portera Kalinina la que marcó diferencias (un 39% de paradas, muchas de ellas a Ryu, que firmó un pobre 10 de 20 en el lanzamiento). Lee estuvo mucho mejor: 11/12.

En la otra rama, la República Checa batió a Rumanía (27-28). El trabajo de Cristina Neagu, que lideró a las rumanas con 13 goles (en 19 lanzamientos, eso sí), incluído el tanto que suponía el empate a 27, no bastó ante el bloque checo, donde el protagonismo en ataque estuvo más repartido, entre Luzumova (6/9), Veronika Mala (5/6) y Rysankova (5/9). El decisivo lo marcaba Hrbkova.

En cuartos se medirán a Holanda, plata en 2015, aunque las tulipanes necesitaron la prórroga para eliminar a Japón, 24-26. Unos cuartos que arrancan hoy mismo.