Raimundo Fitero
DE REOJO

Al Este

No es lo mismo reflexionar en un sábado de verano sin Liga, que en un miércoles en la frontera del otoño y el inverno con las compras navideñas por hacer. Los electores catalanes están reflexionando según mandan las convocatorias y yo mirando la tele, sin querer, también reflexiono, pero como estoy un poco saturado con esta campaña en las televisiones españolas, me quedo con los descubrimientos que uno hace con portavoces de las CUP, que cada vez me parecen los más sensatos, los que tienen un discurso nítido y que se ajustan a un proyecto que puede cautivar a muchos votantes hartos de tantas retóricas y juegos de asesores de imagen. Porque mis reflexiones vienen de hace unos días, ya que en Austria, ahí en el centro de Europa, se ha formado un gobierno con la derecha y la ultra derecha. Austria, como nos dejó bien expresado Thomas Bernhard, es un lugar europeo donde se han cocido muchas de las desgracias mundiales. En Polonia gobiernan desde premisas ultracatólicas y nacionalistas, en Hungría otro tanto. Las derechas más recalcitrantes se empoderan de los discursos y los tibios en vez de enfrentarse con mensajes sociales claras y fuertes, se enredan en componendas, por lo que todo viaja lenta pero imparablemente hacia la derecha más derecha. En Chile acaba de ganar de calle en segunda vuelta un multimillonario, Piñeira, que ya había sido presidente hace cuatro años, en una alternancia sospechosa con Bachelet. Lo de Mauricio Macri en Argentina está llegando a los límites, la situación empeora cada día, la miseria crece, la gente sale a la calle y es reprimida. Huele a revueltas sociales serias y continuadas.

El voto en Catalunya, en estas apestosas elecciones, solamente puede tener una dirección. Mañana hay que mirar al Este por si aparece alguna esperanza.