Llevo años, ¡qué digo!, quinquenios y decenios, escribiendo en este lugar privilegiado, he sido injusto, me he pasado, me han citado en tribunales, me han insultado, me han amenazado por la calle, he sido vetado y hasta despedido en otros medios por opinar aquí. Y lo que más me sorprende es que a alguien que es muy españolista, con claros tintes autoritarios, que defiende el más rancio sentido de la unidad de España, en cuanto se lo dices, se sienta ofendido y monte un follón mediático. Y si es de “El País”, el periódico muy cercano a Soraya que no dice una verdad y no deja de intoxicar, entonces parece que hayas roto una Biblia en el Vaticano.

En estos días hay una noticia que sale en portada de los medios del régimen donde se quejan los “piolines” del menú que han comido en su barco cuartel. Si esas fotos son de su menú, verdaderamente era una mierda. Pero un periodista del periódico de Soraya escribió que Junqueras y los demás presos políticos catalanes iban a comer casi el menú de la Zarzuela. Una mentira podrida. Y todo ello con un tono festivo. Un diputado de ERC salió a decirle al mentiroso que era un caradura. Soy muy fan de Rufián. Y aquí estuvo sembrado. Y lo apoyo.

El tono de la contestación del periodista fue absolutamente desmedido y sus apoyos incondicionales demenciales. Y la Ser le dio cobertura. Y salió Mamen Mendizabal (que está sufriendo mucho en La Sexta) a meterse con Rufián. Y el argumento era que lo señalaba al mencionarlo en un tuit. ¿Conocen el cuento verdad? Sí, hay que señalarlos. Porque ellos señalan y después vienen los fiscales y los piolines. Y que yo sepa Rufián, solamente tiene sarcasmo e ironía, no un estado represor para ejecutar las órdenes cursadas por estos colaboracionistas serviles con el Poder que tienen la piel muy fina. Se creen intocables. Dan asco.