Raimundo Fitero
DE REOJO

Inocentes

Me pongo en modo conspiranoico. La señora Inés Arrimadas dijo hace unos días una frase que sonaba a optimismo nebuloso, porque daba a entender que todavía no estaba dicho todo sobre el futuro Govern. Se refería a que las tensiones entre los dos partidos soberanistas podrían causar desafectos y probabilidades de que se buscase otra mayoría. El señor Maillo, que actúa como titular del virreinato, dijo otra frase con mensaje exfoliante: «Parece que los de Ciudadanos tienen alergia a gobernar». Contestada por Arrimadas: «Si supiera sumar no diría esas cosas». Y aquí con sudada fría post-resaca, entra el sistema métrico decimal junto a los actos de los considerados judiciales, los miedos de las medidas cautelares de los fiscales para intervenir directamente en estos resultados electorales. Es decir, no son inocentes las palabras de los del PP. No. Las de Arrimadas son ingenuas. Ellos cuentan con su capacidad para mediatizar, amenazar, chantajear, incidir de manera directa.

Y la cuestión es numérica, o no, pero puede funcionar tras alguna carambola. Porque lo de “Tabarnia” es una buena idea adelantada, se debería haber publicado hoy y alcanzaría el grado de magnífica inocentada.

Las actas de diputados las pueden recoger por autorización escrita, cualquier persona designada. Pero no se puede votar en el Parlament por delegación. Ni asumir presidencia o cualquier otro cargo. ¿Puede Carles Puigdemont renunciar a su acta y que corra el turno? No parece verosímil. Ni Junqueras. Ni los otros electos en prisión o exilio, eso les debilita, hace imposible la estrategia sencilla. Y en este caos es donde puede existir una remota posibilidad de que salga Arrimadas en segunda vuelta. A eso juegan. Y a quemarla. Han alimentado al monstruo que se los puede comer en España.