Cuando la fe mueve montañas
De la mano de Lucio Redivo, los «hombres de negro» batieron a Unicaja tras remontar un 51-60 adverso en el último cuarto. Losde Veljko Mrsic sumaron su quinta victoria de la temporada, con la ayuda de un Bilbao Arena enfervorecido y los errores de su rival.
RETABET B. BASKET 70
UNICAJA 67
Con menos motivo que el triunfo de ayer de RETAbet Bilbao Basket sobre Unicaja habrá ido alguien a Begoña a hacerle una ofrenda floral –o un sacrificio humano, llegado el caso– a la “Amatxu”. No es por hacer de menos a los hombres de negro, porque le echaron toda la garra del mundo para remontar y sumar su quinto triunfo, pero lo cierto es que Unicaja, que llegaba de ganar en Tel Aviv, puso mucho de su parte para que se diera esta remontada.
Una remontada que nadie creía posible con 43-54, o cuando Augustine encestaba el 51-60, ya dentro del último cuarto. Y sin embargo, los “hombres de negro” tuvieron fe, y la fe, cuando es verdadera, mueve montañas. Lucio Redivo estaba malacostumbrando a su gente con anotar con los partidos decididos, pero ayer no, ayer lo hizo para impulsar a los de Veljko Mrsic a una victoria imprescindible, la quinta de la campaña, sobre todo después de que el Betis batiese a Tecnyconta Zaragoza.
Del 51-60 se pasó al 63-62, un parcial de 12-2 debido a la voluntariosa defensa bilbaina, pero sobre todo la garra del escolta argentino. Hasta aquel momento, Unicaja había controlado el partido, aunque en la primera mitad solo anotó un triple. Se bastó con que Shermadini dominase en la pintura y la defensa malagueña sobre Tabu dejase sin ideas a los bilbainos.
Héroes por un día
Con la llegada del tercer cuarto pareció que Unicaja se escapaba. Waczynski abrió la lata de los triples y ni las perrerías de Mumbrú –soltarle un codazo a Brooks para que éste le respondiera y se ganara la antideportiva– evitaban que Unicaja se marchase 43-54.
Cuando peor pintaban las cosas, jugadores como Gladness, Hammink o Devin Thomas, en compensación de un Todorovic muy mermado y un Tabu que solo asomó al final, aguantaron el tirón como buenamente podían, aunque no bastaba para empatar el choque.
Tras el 63-62 en un Miribilla encendido, el partido se metió en un balancín de incierto resultado, con continuos cambios de liderato y un sinfín de errores por ambos equipos. Los “hombres de negro” erraron varios tiros libres, como el último de Mumbrú, pero Unicaja no se valió de los errores ajenos y no pudo empatar. La fe de los bilbainos arrancó la victoria.