Raimundo Fitero
DE REOJO

Miscelánea

Es una de las palabras más bonitas en el periodismo. Y en la vida. Y en los diccionarios. Y da mucho juego y en ella cabe de todo. Por eso hoy, fin de año, las famosas campanadas en las televisiones españolas serán acompañadas por la presencia de presentadores y presentadoras vascos. La famosa capa de Ramonchu para las tertulias y la historia del españolismo costumbrista y casposo, la siempre ponderada presencia de la elorriotarra Anne Igartiburu, que son la marca de las uvas de TVE en todas las épocas y más en estas tan aficionadas a no llamar dictador al padre de la recientemente fallecida Carmencita Franco.

Pero, este año, La Sexta se une a la competencia entre grupos y cadenas y han decidido que darán las campanadas con la conducción de Iñaki López  y Cristina Pardo, es decir, un vizcaino y una iruindarra, y son dos figuras de programas de este canal que se dedican a la supuesta información o espectáculo político. Una variante. Otra manera de entender los gustos del ritual del tránsito. Otra oferta. Todos se citan en el mismo lugar, en el mismo edificio, frente al mismo icono de la relojería pascual. Quedan las autonómicas y las locales. En las audiencias, parece que nos quedamos con estas ofertas tradicionales o seudo-renovadoras. Sí, asegurado, mañana hablaremos de Cristina Pedroche. Quisiera añadir dos cosas a esta miscelánea: una magnífica, la actitud de la ucraniana Anna Muzychuk, campeona del mundo de ajedrez, que ha renunciado a su posible renovación por no querer acudir a defenderlo a un país machista y algo más como es Arabia Saudí. Esto es un acto, un gesto político y feminista de primer orden. El suegro de Urdangarin tiene muchas amistades allí. Y por fin, desearles como ha hecho en público M. Rajoy un feliz 2016. Este gallego es universal. Es retrógrado hasta en el calendario.