Raimundo Fitero
DE REOJO

De negro

Las mujeres de la industria del cine y el entretenimiento de EEUU acudieron todas con vestidos negros a la gala de entrega de los Globos de Oro. Fue un acto vindicativo, se reclamó su reconocimiento profesional y su respeto como personas. Luchaban así contra los abusos sexuales en la industria. Es una campaña que se está haciendo importante en el mundo entero porque empieza a llevarse con una entidad comunicativa superior, se está llegando a la mayoría de la ciudadanía y se está reconociendo que han existido, y en muchos caos siguen existiendo, prácticas absolutamente machistas y deplorables. El solicitar favores o relaciones sexuales para acceder a un trabajo. O para no perderlo.

En esa gala quedó claro que si además de ser mujer, eres africana y pobre, las posibilidades de ser objeto de un abuso o una violencia sexual crecen. Por eso el discurso de la mediática Oprah Winfrey adquirió un valor trascendental. Fue un discurso institucional. Feminista, pero con proyección de programa electoral. Describiendo una realidad, una solución y un futuro. El discurso entero lo van repitiendo en esos canales que yo disfruto en las plataformas, y cada vez me parece más interesante, tengo la impresión de que ese acto fue algo que ha marcado un momento histórico y que todo va a ir cambiando, en este aspecto, y tantos otros, pero siempre desde el impulso de las mujeres, por la Humanidad, no solamente para ellas, sino para todos y todas.

Oprah, de negro, siendo negra, parece como la posibilidad tangible de que una mujer llegue a la presidencia de los EEUU. Ya tuvieron un presidente afroamericano, les falta una mujer, y si es afroamericana, feminista, progresista y con vocación de cambiar las reglas patriarcales del juego, la opción es casi revolucionaria. De negro sobre blanco o sobre rojo, para que resalte mejor.