16 ENE. 2018 DE REOJO Recursos Raimundo Fitero Toda la vida he escrito recurso por su acepción positiva, tener alternativas, dinero, actitud, capacidad para afrontar situaciones o para resolver problemas, pero ahora el recurso es una voz defensiva, jurídica. Si una sentencia puede ser recurrida, no sirve para nada. Bueno, depende. Hay gente en las prisiones sin sentencia y con sus derechos civiles, políticos y representativos secuestrados por un señor, por un juez. Les han votado cientos de miles, incluso millones de ciudadanos, pero uno solo, un juez, uno solo, decide que no puede ir a recoger su acta, ni a ejercer sus derechos. Y no está condenado. O sea, no puede ni recurrir. Debe ser eso la democracia a la búlgara. O a la española, que es más sabrosa porque lleva chorizo de toda índole. Resulta que ayer fue lunes. Y había tanta actividad en los juzgados que entendían de asuntos de la corrupción en los partidos políticos, que casi no se habló de fútbol. De Catalunya, sí, pero de manera indirecta. Ya hay una sentencia sobre el caso Palau, donde se fraguó una de las acciones más desastrosas de la política catalana y, por mucho que quieran disimular, afecta a casi todos los agentes políticos actuales. Especialmente en el ámbito de Puigdemont y su antiguo partido. A la misma hora empezaba en la AN, ese tribunal de excepción, una parte del juicio sobre la Gürtel en su versión valenciana, la más escandalosa y fallera que alababa M. Rajoy. Es decir, las puertas de los penales, de las audiencias, de las comisarías y cuartelillos vuelven a estar en nuestras dosis audiovisuales. Cuellos planchados, corbatas, cinismo, saqueo. Por otro lado, en otras prisiones, otras audiencias, otros puntos más cercanos se pide el fin de la dispersión, el acercamiento y agrupamiento sin más recurso que la lógica de los tiempos y de la situación política estabilizada desde hace años.