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BALONMANO

La defensa hispana fulmina a la campeonísima Francia

El combinado español eliminó a su verdugo en el Europeo 2014 y el Mundial 2015 para alcanzar su segunda final continental seguida –la quinta en su historia–, con la idea de lograr un oro que se le resiste.


FRANCIA 23

ESPAñA 27


Su rocosa defensa, la aportación de Corrales desde portería e imponer su ritmo en ataque fueron apartados fundamentales en la victoria de España siete años después sobre la campeonísima Francia. Los galos, invictos en lo que se llevaba de torneo, no encontraron su cadencia y solo cuando se vieron perdidos en el último cuarto de partido materializaron un parcial de 6-0 que no fue suficiente para remontar.

Los de Jordi Ribera se merecieron con creces estar en la final, pues a excepción de los equilibrados veinte primeros minutos, el resto del choque fue dominio totalmente suyo. Dos penaltis casi consecutivos parados por el recuperado Sterbik –muy alargada su sombra para los franceses– iniciaron el despegue español, que se iría hasta una diferencia de nada menos que nueve goles (13-24) al final del tercer cuarto.

A partir de ese momento, los a la postre vencedores comenzaron a flaquear en lo físico, lo que animó a Francia a lanzarse a la épica hasta ponerse a tres (20-23) y ello enardeció a su hinchada. Sin embargo, España no depende de individualidades, sí del colectivo, que no se dejó amedrentar pese a las últimas paradas de Dumoulin. Un gol de Aginagalde y un penalti transformado por Balaguer le pusieron la puntilla a la hasta ayer máxima favorita.