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anaitasuna

Contundente respuesta en el encuentro que correspondía

Los pupilos de Juanto Apezetxea firmaron el mejor partido de la temporada en La Catedral, contundentes en defensa y muy acertados hacia el marco rival.


ANAITASUNA 33

CUENCA 22


Anaitasuna anuló cualquier atisbo de duda que pudiera haber en su última irregular trayectoria, con una clasificación brillante para la fase final de la Copa, tras superar, seguramente en el mejor partido de la temporada, a un Cuenca que no fue rival en ningún momento. Los de Juanto Apezetxea estuvieron inquebrantables en defensa y pletóricos en ataque. Les salió todo, fruto de un vaciado físico impensable con el trajín que está llevando la plantilla navarra debido a su apretado calendario, pero la ocasión lo merecía y se dejaron la piel en la lucha por todos los balones.

Rápido, muy rápido, los anfitriones ya enjugaron la diferencia en contra que se trajeron de la ida. Apenas había transcurrido el primer cuarto de hora y los blanquiverdes firmaban una renta superior a esa desventaja (9-4). Y la distancia no iba a decrecer en lo que restaba de envite. Entre la rocosa defensa, lo mucho que aportaba Nordlander respondiendo al lanzamiento conquense –su baza más peligrosa– y la efectividad de los extremos a la contra, la eliminatoria comenzaba a encarrilarse hacia los intereses locales.

Para el minuto 22, el luminoso ya reflejaba números doblados (12-6), mientras la grada aportaba lo suyo en pos del reto, que terminaría acabando en fiesta. El técnico visitante, Lidio Jiménez, trataba de parar la sangría con tiempos muertos, pero la hemorragia era inevitable, mientras se desquiciaba en banda, llegando incluso al final del choque a un enfrentamiento que no llegó a mayores con el banquillo blanquiverde, a raíz de la roja a Dutra.

«Partido para recordar»

Tras controlar un amago de reacción conquense al inicio de la segunda parte, Anaitasuna acrecentó su rédito –se puso 24-15 en el minuto 43–, y aguantó el ligero tirón del adversario hasta que este entregó la cuchara en el tramo final, que fue un auténtico paseo del conjunto navarro, entre el delirio de un graderío entregado a su equipo.

No era el día para ser comedidos y el técnico local, Juanto Apezetxea, optó por reconocer con grandes halagos el gran trabajo de sus pupilos. «Ha sido el encuentro perfecto, un partido para recordar. Hemos estado inmensos en defensa y lanzando cuando había que hacerlo. Mis jugadores han sabido leer el envite y han conseguido anular las virtudes del Cuenca», declaró.