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¿Ayuda para los jóvenes?


En el pleno municipal de febrero, el Ayuntamiento de Portugalete aprobó los presupuestos del año 2018, entre los que se encuentra una ayuda a los jóvenes para el alquiler de la vivienda. Esta iniciativa del PNV se enmarca dentro del acuerdo sobre presupuestos que tiene con el PSOE desde el año pasado.

En los presupuestos de 2017, esta partida que dice tener como objetivo la ayuda para el alquiler de vivienda a jóvenes de entre 18 y 35 años fue de 15.000 euros. Por citar algunos municipios cercanos a modo de ejemplo, en Barakaldo fue de 150.000 euros y de 250.000 euros en Getxo.

Según datos de 2011, en nuestro pueblo hay 9.457 jóvenes de entre 18 y 35 años. En 2018, siendo la partida de 60.000 euros y correspondiendo 250 euros por joven y año, solamente 240 podrían percibirla. Además de esto, hay que tener en cuenta que se trata de una ayuda anual, por lo que mensualmente sería de 20,83 euros insignificantes.

A este respecto, caben dos posibilidades. Una sería que tanto el PNV como el PSOE vivan en mundos paralelos y desconozcan el nivel de los alquileres de Portugalete. La segunda es que estos partidos no tengan ninguna voluntad de afrontar las precarias condiciones de vida de la juventud y pretendan vender la idea de que ayudan a este sector de la población a fin de obtener réditos electorales, a pesar de que saben perfectamente que están mintiendo. Será su decisión elegir entre esas dos opciones.

Clases particulares, trabajos en hostelería, trabajadoras del Burger King, contratos en prácticas en régimen de semiesclavitud o temporales sin garantías… Esta es nuestra realidad. Hoy en día es inviable construir un proyecto de vida digno y, ante esta situación, estos dos partidos pretenden darnos una limosna de 20 euros para el alquiler de la vivienda. No es una ayuda, es una auténtica burla para reírse de nosotros de forma descarada.

Mientras tanto, simplemente con mirar el Plan General de Ordenación Urbana del 2010 veremos que hay 1.519 viviendas vacías en Portugalete y solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para ver la cantidad de casas en construcción que hay.

La vivienda no debería de ser un lujo que nos sangra más de la mitad de nuestros ingresos. La vivienda es un derecho y un elemento imprescindible para poder desarrollar nuestro proyecto de vida.

Por todo ello, esas medidas adoptadas por el PNV y el PSOE no ayudan a la juventud. Por un lado, porque esas cantidades son absolutamente ridículas. Solo con mencionarlas ya resultan insultantes: 20,83 euros al mes. Por otro lado, no ayudan en nada a resolver el problema estructural del derecho a la vivienda. Aun siendo de poco alcance, los ayuntamientos sí tienen otros instrumentos que podrían ayudar a resolver la situación.

Por ejemplo, una opción sería la creación de un parque público de viviendas destinado a garantizar ese derecho, sin que el costo del alquiler supere el 15% de los ingresos de la persona, o cargar las viviendas vacías con impuestos que sean competencia del Ayuntamiento.

En algunos pueblos de Euskal Herria existen iniciativas –como es el caso de Errenteria– en las que se gestionan y acondicionan viviendas en base a las necesidades de la juventud, con espacios comunes, o destinadas a personas con rentas precarias o temporales, utilizando criterios no basados exclusivamente en la renta dineraria como, por ejemplo, los trabajos comunitarios, criterios fiscales, etc.

Existen alternativas; lo que no existe es voluntad política.