Con retraso, debido al especial informativo sobre la retención/detención de Carles Puigdemont, se presentó una nueva entrega del programa “Malas compañías” que presenta Cristina Pardo y que se nota de una manera expresa, especialmente en su ritmo narrativo, que es una producción de la productora de Jordi Évole y que todo su equipo participa en diferentes segmentos de la producción, guion y dirección. Andalucía y sus corrupciones. Andalucía y sus cuarenta años de gobierno del mismo partido, con cinco presidentes, con dos de ellos encausados en un asunto confuso, el de los ERE, esa manera de convertir unas ayudas para los obreros en una suerte de financiación del propio partido antes conocido como socialista. Por diferentes escenarios, empezando por un aula de la universidad de Granada en una clase de antropología social donde los alumnos comentan los vídeos, una entrevista con un trabajador gaditano de Delphi, que estuvo cuatro años cobrando por asistir a unos cursos de formación y que en estos momentos están todos sus compañeros en juicio y es posible que deban devolver lo cobrado, porque era todo ilegal, con el primer presidente de la autonomía, José Rodríguez de La Borbolla, muy sombrío en sus apreciaciones y el testimonio de una trabajadora de un caso concreto en un barrio depauperado cordobés en el que el presidente de las juventudes socialistas pedía a los trabajadores de una asociación de ayuda que les devolvieran parte del salario que cobraban y que venía de fondos europeos. Seguirá este recorrido andaluz con otros capítulos. La primera sensación es que se tratan estos asuntos con un prejuicio sobre las ayudas, los subsidios, el PER y la supuesta poca disposición de los afectados en buscar empleo. Parece que para esta entrega se han juntado con demasiados prejuicios sobre los andaluces.