28 MAR. 2018 OBITUARIO La niña que puso fin en EEUU a la segregación racial en las escuelas GARA A Linda Brown, fallecida el domingo a los 75 años, no le dejaron inscribirse en una escuela de Kansas por su color de piel, lo que desembocó en la prohibición en 1954 de la discriminación racial en las escuelas de EEUU. «Es un ejemplo de cómo los estudiantes han estado a la vanguardia para transformar este país», señaló Sherrilyn Ifill, de la National Association for the Advancement of Colored People (Naacp), fundada en 1909 para defender la causa de los negros. «Forma parte de esos jóvenes heroicos que, junto con sus familias, lucharon valientemente para poner fin al último símbolo de la supremacía blanca: la segregación racial en las escuelas públicas», dijo. Nacida en Topeka, capital de Kansas, para llegar a su escuela tenía que cruzar una vía de tren y luego tomar un autobús. Tenía 9 años cuando su padre, el reverendo Oliver Brown, trató de inscribirla en 1951 en la escuela pública Summer School, la más cercana a su casa y reservada para niños blancos. Fue rechazada por ser negra. Victoria emblemática Su padre interpuso una demanda contra la Junta de Educación de Topeka y la ley de Kansas que autorizaba a las ciudades con más de 15.000 habitantes a establecer escuelas separadas. Este largo proceso –inicialmente anulado– fue conducido por la Naacp y concluyó con una de sus victorias más emblemáticas, que se convirtió en un hito en el movimiento por los derechos civiles: el 17 de mayo de 1954, el Supremo decidió unánimemente que esta segregación era contraria a la Constitución. Tres años después,el presidente Dwight Eisenhower tuvo que enviar al Ejército al Central High School en Little Rock, Arkansas, para que estudiantes negros asistieran a la escuela. Para contrarrestar la segregación que seguía aplicándose se estableció por ley un programa que transportaba a alumnos que vivían en zonas empobrecidas a distritos más acomodados, para que aprendieran y se desarrollaran en un entorno más privilegiado; un sistema que siguió siendo cuestionado incluso 20 años después del fallo. En una entrevista en 1985, en el 30 aniversario del fallo, Brown dijo «sentir» que la decisión del Supremo había tenido «un impacto en todas las facetas de la vida de las minorías en el país» al «eliminarse sentimiento de ciudadanía de segunda clase. Creo que ha hecho que las aspiraciones de nuestros jóvenes sean mayores». Siempre estuvo ligada a la lucha por la igualdad real. En 1979, su familia impulsó la reapertura del caso de 1954 alegando que se mantenían las barreras a la integración laboral de los afroamericanos en Topeka, y en 1988 creó con su hermana Cheryl una fundación para preservar los logros de la histórica decisión. «El fallo convirtió a EEUU en un rayo de esperanza, nos enseñó que a través de la ley podríamos terminar con un sistema de castas opresivo y apoyado en la raza», señaló la Unión Americana de Libertades Civiles. «Hoy rendimos homenaje a Linda Brown y a todas las luchas que aún tenemos que ganar», agregó.