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DE REOJO

Asquerosidad


Nadie conoce ni por asomo que en Arabia Saudí haya existido alguna vez un simulacro de elecciones. Es una dictadura, un país imperialista, hay sospechas más que fundadas en que ha financiado a grupos armados afines a sus ideas religiosas que han sembrado el terror por los confines de la Tierra, está en guerra con países limítrofes y es recibido por el gobierno del reino de España con el presidente M. Rajoy, la ministra de Defensa, el cuñado de Urdangarin y todo lo que sea necesario. El motivo es simple: venía un príncipe saudí a firmar la compra de unos barquitos de guerra que cuestan algo así como dos mil millones de euros. El suegro de Urdangarin es muy amigo de los que compran armas y venden petróleo.

Esto es una asquerosidad insoportable, el cinismo empieza a ser insultante, a estos dictadores se les rinde pleitesía, ni un reproche, todo el aparato del Estado español a sus pies, llega con un séquito de más de cuatrocientas personas y después pondrán en duda el talante democrático de alguien que haya dado una charla en Venezuela.

Se ha sabido que el mismo día desde el puerto de Santander un barco cargaba toneladas de armamento ligero con el mismo destino. Estos envíos se hacían antes desde Bilbo, pero las protestas de las mujeres pusieron en alerta a todos y han movido el embarque cien kilómetros y listo. Juegan con los miles de millones de euros con una asquerosidad repugnante. Armas. Terror. Trump le ha dicho hace muy poco a su colega Putin que atento en lo que va a pasar en Siria, porque va a ver misiles nuevos, muy bonitos y eficientes. Le amenaza o le informa de unos bombardeos inminentes. Cuando lo haga no será considerado por nadie un acto de guerra sino una demostración de venta. Muchos inocentes probarán los avances de la criminal ciencia militar.