Es un invierno largo y en el que se contabilizan, por ahora, el doble de accidentes mortales por aludes en Francia respecto al año pasado. Los medios de comunicación hacen hincapié en que han ocurrido practicando ski “fuera de pista” y con previos partes de nieve avisando de “grave riesgo”, y ya el público se lanza a despotricar sobre esos kamikazes que no respetan normas y provocan riesgos y gastos en operaciones de socorro, etc. La verdad es que los media no dan información detallada y veraz sobre las circunstancias de los accidentes por lo que resulta absurdo opinar sobre ellos, y cuando concretan el nivel de riesgo suele ser de 3, que es bien alto pero resulta bastante habitual a lo largo de un invierno en montaña. Entre los muy recientes desaparecidos practicando ski de montaña en los Alpes Italo-Suizos se encuentra el empresario alemán Karl-Erivan Haub, cabeza del grupo de distribución Tengelmann, cuya familia se incluye entre las 100 más ricas del mundo, con una fortuna valorada en 3.500 millones de euros. La familia ha declarado poner a disposición “fondos ilimitados” para la búsqueda, fondos que no parecen servir de nada ante las condiciones meteorológicas adversas de la zona según el “Corriere Della Sera”. Los helicópteros siguen buscando con cámaras infrarrojas y las autoridades de Zermatt niegan que haya expediciones privadas y favoritismos en la búsqueda. Haya o no haya, las predicciones son pesimistas y la estadística sigue engordando.