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DE REOJO

Amén


Reviso los programas más vistos el pasado domingo y me encuentro con una sorpresa:  la santa misa consigue en La 2 un once por ciento de porcentaje. Daba por desaparecido este espacio. Daba por desaparecidas las misas en todas las cadenas públicas. Es una obviedad: soy un ingenuo que se cree las declaraciones constitucionales de laicidad. No es cierto. Miren, quizás el canal más laico sea Telecinco. Y no deja de ser el que de una manera más concupiscente ideologiza al personal dentro de una recalcitrante estética de consumo feroz, desarme intelectual, búsqueda de las zonas grasas de los individuos que la siguen con la glándula mamaria como lugar de generación de cualquier pensamiento primario, básico y que solamente se puede cuantificar. Nunca matizar.

Un canal con tantas joyas, tantos detalles de buen gusto y de auténtico servicio público como La 2, acaba siendo una misa dominical su mayor granero de espectadores. “Saber y ganar”, un concurso veterano y que eleva el nivel de respeto con las audiencias, tampoco anda mal, pero no en estas cifras. Esto nos viene a demostrar que una cosa es predicar y otra dar mies, que podemos desde aquí y desde otros muchos foros hacer homilías incendiarias sobre la tele que atonta, la que llamábamos basura, señalar en cuanto nos cuadra las series, los programas diseminados en las decenas o centenas de canales a nuestro alcance, pero el grueso, los porcentajes que mantiene el negocio de una manera insultante, recaen en lo peor. En lo más grosero.

 Está medido, es una tendencia, las nuevas generaciones se relacionan de otra manera con el invento televisivo, se ven las cosas interesantes en muchas pantallas, en sesiones diferentes, pero costará que esto sea lo mayoritario. Esperemos que llegue pronto y los programas abyectos sean anécdota pronto. Amén.