Memoria y soberanía frente a vetos e impunidad

La comisión de Interior del Congreso español rechazó ayer desclasificar los documentos relacionados con los sucesos de sanfermines de 1978 que obran en poder del Ministerio del Interior. Los votos contrarios del PP, PSOE y Ciudadanos tumbaron la resolución que aprobó en enero el Parlamento de Nafarroa. Una decisión que tiene, al menos, dos graves consecuencias.

En primer lugar, el Congreso mantiene el velo sobre las actuaciones protagonizadas por los aparatos del Estado antes, durante y después de que se constituyera el régimen del 78. Esta voluntad deliberada de ocultar la verdad hace que aparezca la impunidad y que desaparezcan las víctimas y la justicia. El Estado español puede seguir intentado mantener la ficción de que nunca pasó nada, pero las víctimas están ahí y la sociedad vasca quiere conocer la verdad, reclama justicia y reparación. Esa actitud cerrada y hostil a la memoria choca frontalmente con el discurso monolítico que mantiene el Estado sobre la violencia en Euskal Herria, la impunidad y las víctimas. Ese doble rasero y esa jerarquización interesada son rechazados por una sociedad vasca que avanza en clave de soluciones.

En segundo lugar, la resolución del Congreso español tumba la declaración que aprobó el Parlamento de Nafarroa, prácticamente por unanimidad. Vuelve a reducir la soberanía del Parlamento foral a mera representación sin contenido. Sus resoluciones no tiene fuerza alguna, siempre al albur de la voluntad del Estado. Más triste es todavía el papel desempeñado por PSN, que aprobó la moción en Nafarroa y ha sido desautorizado por el PSOE, partido este que ha perdido cualquier referencia, no ya republicana sino simplemente democrática.

El Estado español se sostiene sobre la impunidad de una verdad oculta y una memoria secuestrada. Recuperar la memoria, conocer la verdad y exigir justicia es también el camino para avanzar hacia la soberanía, y el respeto a las instituciones y a las decisiones de la sociedad vasca.