GARA
BUDAPEST

Orban repite por amplia mayoría ante una oposición heteróclita

Recién reelegido el 8 de abril con más del 49% de los votos, el primer ministro húngaro. Viktor Orban, revalidó ayer su cargo e inauguró un nuevo mandato en una Hungría más dividida que nunca entre los partidarios de su apuesta panmagiar y xenófoba y los electores opositores que le acusan de deriva antIdemocrática y que, en la línea de las protestas de las últimas semanas, comenzaron a concentrarse por la mañana ante la sede del Parlamento, en la plaza Kossuth de la capital, donde estaba convocada una concentracion masiva a última hora de la tarde de ayer.

Los opositores, que aseguran que «somos la mayoría» y se escudan para ello en que la formación de Orban, Fidesz, no superó el 50% de los votos, es una masa heteróclita sin coordinación alguna, en la que coinciden en la calle banderas de la UE y arco iris de la comunidad LGTBIQ junto a símbolos ultras del primer partido de oposición, Jobbik

Jobbik tiene 26 diputados y el resto de escaños se reparte entre la coalición del Partido Socialista y el centroizquierdista Párbeszéd (20), la izquierdista Coalición Democrática (9) y el ecologista LMP (8), así como un independiente, un diputado de la minoría alemana y otro del izquierdista Együtt. Frente a ellos, Fidesz cuenta con 133 de los 199 diputados, una mayoría de dos tercios.

Legislación xenófoba

Con semejantes números, y ante una opinión pública que recuerda a la oposición que es dueña de su estrepitoso fracaso, Orban prepara reformas constitucionales contra los demandantes de asilo –un puñado en Hungría– y las ONG. Descarta, eso sí un conflicto a la polaca con la UE.