Rusia pone a prueba a Irán sobre su presencia militar en la guerra en Siria

La apelación de Rusia a la salida de las tropas extranjeras de Siria podría ser un punto de inflexión ruso sobre la presencia iraní en el país pero no afecta a las relaciones estratégicas bilaterales.

Durante una recepción al presidente sirio, Bashar al-Assad, el jueves en Sochi, el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin, aseguró que el proceso político en Siria debería ir acompasado con la retirada «de las fuerzas armadas extranjeras» del país.

Desde ese día, las autoridades rusas han explicado ese propósito de forma contradictoria. El emisario de Rusia para Siria, Alexandre Lavrentiev, aseguró que esa retirada afectaría «a los americanos, turcos, por supuesto a Hizbulah y a los iraníes».

Por contra, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, precisó que el mensaje presidencial concierne a las tropas extranjeras que se hallan en Siria «de facto de manera ilegítima desde el punto de vista del derecho internacional», lo que parecería exluir a Irán y, por supuesto a Rusia, que aducen que su presencia ha sido solicitada por el gobierno sirio.

Las declaraciones de Putin no han sentado nada bien en algunos círculos en Teherán. El portavoz de Exteriores, Bahram Ghassemi, ha advertido de que «nadie puede forzar a Irán a actuar contra su voluntad».

En declaraciones recogidas ayer por la agencia rusa Ria Novosti, el viceministro de Exteriores sirio, Faisal Mekdad, aseguró que «el tema de si las fuerzas iraníes o de Hizbulah se retiran o continúan en Siria no está en discusión porque corresponde al Gobierno de Siria».

«Equilibrio delicado»

Putin, que lidera uno de los pocos países del mundo que tiene relaciones estrechas tanto con Irán como Israel, no da puntada sin hilo y los analistas interpretan sus declaraciones como un mensaje a Teherán de que no está dispuesto a que el conflicto sirio degenere en una guerra aún más mortífera entre Irán e Israel, que ha lanzado en los últimos meses sucesivos ataques contra objetivos iraníes en Siria.

Miles de voluntarios iraníes, afganos y de otras nacionalidades luchan en Siria bajo las órdenes de consejeros militares iraníes del Ejército regular y de los Guardianes de la Revolución.

Más allá del mensaje, los analistas coinciden en que Irán no se retirará del país, en términos militares y de reconstrucción de las infraestructuras, tras haberse implicado de lleno en la guerra. Y asumen que Rusia no pondrá en ningún momento en riesgo su alianza estratégica con Irán, una alianza »que no es fácil para Rusia», reconoce el analista Vladimir Sotnikov, pero que es eso, estratégica.