Irati Jimenez
Escritora
JO PUNTUA

Una nueva resistencia

Cuando Trump se impuso en las elecciones estadounidenses, me conmovió ver los llamamientos a la calma que hicieron quienes, desde ese mismo día, se veían en la necesidad de establecer una nueva resistencia. Organizaciones a favor de los derechos civiles, colectivos por los derechos reproductivos, asociaciones de mujeres y organizaciones por la lucha LGTB tuvieron claro que el gobierno daba un giro radical hacia la derecha, que eso dejaba vulnerables a millones de personas que ya no podían contar con los niveles de protección que habían conquistado y que era necesario reforzar los vínculos de militancia y cuidado colectivo para sobrevivir a un mínimo de cuatro años de embate. Se dieron consejos legales, organizativos y prácticos que tuvieron su efecto.

Ante el veto islamófobo de entrada al país, los aeropuertos se llenaron de gente. Cargos republicanos han pagado la ofensiva legislativa contra la Seguridad Social con la movilización del voto de las minorías. El movimiento Me Too ha cobrado un protagonismo insólito. Estudiantes jóvenes han marchado por todo el país para exigir que el debate sobre las armas no esté comprado por quienes las fabrican. Ni los medios ni los partidos saben salir del discurso tóxico de Trump, pero la calle ha decidido movilizarse y la gente, cuidarse mutuamente.

No sé lo qué pasará en España. Si la caída de Rajoy será transitoria. Si gobernará Rivera. Si el tiempo nos golpeará con un franquismo tan cruel como el primero. Sobre todo, no sé si el PNV seguirá en esta lógica vulnerabilizadora en la que un futuro peor nos desprotege ante un presente tan horrible que permite la dispersión sin sostén jurídico o político posible, la detención de Evaristo, la violencia judicial de Altsasu, la justicia patriarcal española de La Manada. Pase lo que pase, toca establecer la mayor cantidad de barreras defensivas que podamos, en la calle, en el tejido social, en las instituciones. Movilizarnos, reforzarnos, cuidarnos. Ponerle freno al miedo para que no nos arrincone.