Luto y desconsuelo en Guatemala tras la erupción del volcán de Fuego
El desconsuelo, el luto y la conmoción reinaban en Guatemala un día después de la violenta erupción del volcán de Fuego, que según el último balance habría dejado al menos 62 muertos, una cifra incierta de desaparecidos y más de 1,7 millones de afectados.
Con la vista clavada en el piso, Manuel López aún no sale del asombro de haber sobrevivido a la potente erupción del volcán de Fuego que el domingo dejó al menos 62 muertos, según el último balance provisional difundido anoche, en comunidades asentadas en las faldas del coloso, en el suroeste de Guatemala.
Descalzo y sentado sobre una delgada manta junto a su esposa y una bebé de dos meses que duerme, Manuel López, de 22 años, recuerda el momento en el que quedaron atrapados en su vivienda por un río de lava que bajó del volcán tras la erupción y que provocó la tragedia.
Los heridos se cuentan por decenas y no se conocía la cifra de desaparecidos. Hay al menos 1.700.000 afectados y 6.000 evacuados.
El río de ardiente lodo que escupió el volcán, situado entre los límites de los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital guatemalteca y a otros tantos de la ciudad de Antigua, sepultó completamente tres aldeas en su letal recorrido, que obligó a los habitantes de la zona a huir desesperadamente como pudieron. La lluvia de ceniza recorrió decenas de kilómetros obligando incluso a cerrar el aeropuerto de Ciudad de Guatemala.
Después de varias horas de intensa actividad, el volcán calmó sus erupciones y las tareas de búsqueda de los desaparecidos continuaban ayer a contrarreloj, pero los equipos de rescate no albergaban esperanzas de encontrar supervivientes, ya que solo hallaban cadáveres, en algunos casos de familias enteras.