La asociación Memoriaren Bideak sigue trabajando por no dejar caer en el olvido a las víctimas del franquismo y, un año más, el puerto de Bidankoze, en Nafarroa, fue el lugar para rendir homenaje a las personas que fueron sometidas y trabajaron como esclavos para el régimen.

Como de costumbre, estos tuvieron un lugar de honor. Asistieron, pese a su avanzada edad, el bilbaino Luis Ortiz Alfau, de 101 años, «luchador y prisionero republicano», según destacaron los organizadores del evento. Además de haber estado cautivo en Bidankoze, estuvo en el campo de concentración de Gurs, en el Estado francés.

También participó Vicente Lacasia, natural de Burgi, Nafarroa. Tras luchar en la guerra estuvo realizando trabajos forzados en las Islas Canarias y Marruecos, en el Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores (Penados) nº 91, exiliándose posteriormente a Maule. En la actualidad tiene 98 años.

Mujeres víctimas de trata

Como viene siendo habitual, el acto estuvo enfocado de manera especial en una causa, esta vez a denunciar «uno de los tipos de esclavitud más importantes hoy en día: la compraventa de mujeres con destino a la industria de la prostitución». En el empeño de Memoriaren Bideak, año a año, de «intentar que la memoria sea una herramienta para conseguir un presente más justo», este año han querido centrarse en la situación de «estas miles de esclavas contemporáneas», la mayor parte de ellas, según denunciaron, mujeres migrantes víctimas de la legislación de extranjería, «que las despoja de derechos y las mantiene en una situación de ilegalidad y clandestinidad».

El homenaje comenzó pasado el mediodía en el alto de Igari, Bidankoze, junto a la carretera abierta entre 1939 y 1941 por más de 2.400 prisioneros antifascistas. Con los sones del txistu y el tamboril, en manos de Xanti Begiristain y Kepa Bales dieron una especial bienvenida a las personas homenajeadas. Alfau y Lacasia, además, estuvieron acompañados por familiares de prisioneros de Andalucía, Galicia, Bizkaia y Catalunya, y familiares de personas fusiladas en Nafarroa, como Josefina Lamberto.

Con motivo de la manifestación ayer en Iruñea, los asistentes mostraron su solidaridad con los jóvenes de Altsasu. El día acabó con una comida popular a base de vino, txurrasko y queso roncalés.