«Los republicanos deberían dejar de perder el tiempo con (temas de) inmigración hasta que elijamos a más senadores y congresistas en noviembre. Los demócratas solo están jugando, no tienen intención de hacer nada para resolver este problema que tiene décadas de antigüedad», escribió el presidente estadounidense, Donald Trump, en Twitter. El mandatario agregó que, «una vez que pase la Marea Roja», en caso de que no se cumplan los pronósticos que apuntan a una probable mejora de los resultados de la oposición en los próximos comicios, los conservadores podrán aprobar «una gran legislación».

Sin embargo, pese a los llamamientos de Trump, el «número dos» de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, aseguró ayer que la votación sobre política migratoria se llevará a cabo la próxima semana, después de que la Cámara tumbara el jueves la versión dura del proyecto y aplazara el voto con el fin de garantizar el apoyo necesario para aprobar una versión moderada.

«Presentaremos ese proyecto de ley ante el pleno», señaló McCarthy, refiriéndose a la legislación cuya votación ha sido pospuesta por la falta de apoyo entre las facciones enfrentadas del Partido Republicano.

Ese proyecto de ley abriría un camino a la ciudadanía para 1,8 millones de jóvenes indocumentados, conocidos como «soñadores» (dreamers) y prohibiría la separación familiar de los inmigrantes, pero a cambio dotaría de 25.000 millones de dólares a la construcción del prometido muro con México que ha prometido Trump.

El acuerdo, sin embargo, no es del agrado de algunos ultraconservadores, ni tampoco de los demócratas, que creen inadmisible atentar contra el derecho a la reunificación familiar.

Estas afirmaciones se producen después de que en los últimos días quedara claro que los republicanos no cuentan con los votos necesarios, en ninguna de las dos cámaras del Congreso, para aprobar sendos proyectos de ley que, entre otras medidas, perseguían la obtención de fondos para la construcción del muro fronterizo.

Ante la imposibilidad de construir dicha valla, la actual Administración puso en marcha hace semanas una polémica política de «tolerancia cero» en las fronteras, que ha llevado a la separación de las familias inmigrantes que entraban al país desde México.

«Debemos mantenernos fuertes en la frontera sur. No podemos permitir que nuestro país se vea rebasado por inmigrantes ilegales mientras los demócratas cuentan sus hipócritas historias de tristeza y pena, con la esperanza de que les ayude en las elecciones», justificó Trump ayer en otro tuit.

A pesar de este alegato, la oleada de críticas que le valió dicha medida, que llegaron incluso desde el seno de su propio partido y de miembros de su familia, el mandatario optó el miércoles por firmar un decreto con el que pretende poner fin a la separación familiar.

«Con (el expresidente Barack) Obama y con otros se vieron las mismas fotografías ¡y no hicieron nada al respecto!», escribió.

Washington estudia albergar a 20.000 menores en bases militares

El Ejército de Estados Unidos ha recibido orden de prepararse, en el caso de que fuera necesario, para albergar hasta a 20.000 menores migrantes en plena tormenta política y social por el tratamiento a los niños a su llegada por vía irregular a la frontera estadounidense, donde se les ha separado de sus progenitores.

Aunque todavía no se ha tomado una decisión oficial al respecto, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ya ha mantenido contactos con tres bases militares de Texas y va a examinar una cuarta en Arkansas para evaluar el acondicionamiento de sus instalaciones, según la portavoz del Pentágono, Dana White.

«El Departamento de Salud ha pedido al Pentágono que determine su capacidad para albergar camas para 20.000 menores inmigrantes no acompañados en instalaciones militares», según White, sin proporcionar más detalles.

No sería la primera vez que la Casa Blanca recurre al Ejército para instalar alojamientos temporales. Ya sucedió en 2014, durante la Administración Obama, con la declaración de tres bases como puntos de alojamiento.

El pasado miércoles, el secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis, se mostró abierto a la propuesta aunque advirtió de que el Pentágono no puede liderar en modo alguno una respuesta a la crisis migratoria. «Ya hemos albergado a refugiados, a gente sin hogar por terremotos o huracanes», explicó.GARA