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DE REOJO

Comunistas


Me provoca reacciones muy contradictorias. Willy Toledo me cae muy bien, pero en cuanto le dejan hablar más de tres minutos en un plató televisivo le entra el síndrome Rafael Hernando de la extrema izquierda y desbarra de una manera que empieza a parecerme sospechosa. Yo veo a Diego Armando Maradona y lo comprendo de manera absoluta. Mi comprensión es emocional y química. Hasta metafísica. Las teles están pendientes de sus excesos porque es excesivo y porque se exhibe excesivamente. Forma parte de una manera de entender este negocio del fútbol. Es el ejemplo y el contraejemplo. Y recontraejemplo. Y el recontracontraejemplo. Es decir, es Maradona. Un sumiso que practica sin parar la insumisión. Pues con Willy Toledo me sucede algo parecido.

Comparto parte de su discurso, pero decir que como buen burgués es comunista, es algo maradoniano. Por cierto, les recuerdo que Dieguito lleva en un brazo un tatuaje del Che Guevara. Y que estuvo en Cuba para curarse, es un decir, de sus adicciones. Toledo le montó a Antonio Ferreras un buen pollo. Le acusó de explotar a sus trabajadores técnicos. De ser parte del sistema capitalista, de estar en un canal que es propiedad de los mismos que sostiene a “La Razón”, y para culminar su acelerón le dijo que había sido jefe de prensa de Florentino Pérez. Casi todo es verdad, pero lo dijo en un tono que producía risa.

Lo tiene claro, su insumisión es absoluta. Su retórica de premio. Ayer en vez de ir a la cita con la justicia española, fue a la procesión el Coño Insumiso. Una magnífica opción. Pero cuando se identifica como comunista, como si fuera el único de la tierra, y que por eso lo persiguen, con cariño le diría, Guillermito, no te cuelgues. O me dan ganas de parafrasear a Dalí: Picasso es comunista; yo tampoco.