Raimundo Fitero
DE REOJO

Bromitas

Cuando esto sea luz y papel, quizás se haya solucionado uno de los atascos democráticos más evidentes de las últimas semanas: el nombramiento de un consejo de administración y un director del ente RTVE. Provisional. De transición hasta que se ponga en marcha el desarrollo total de la ley para hacer un proceso lo más abierto y del mayor calado democrático posible para intentar dotar a ese instrumento de una fiabilidad y credibilidad razonables. Insisto en que el equipo que ahora se nombre será transitorio. Para unos meses, quizás un año y poco más. En esta selección se han concatenado todos los vicios indeseables.

Quizás lo que necesitaría este ente y todos los autonómicos es una refundación absoluta. Volver a pensar qué significan hoy radios y televisiones de titularidad pública, cuando una minoría creciente, con visos de ser mayoría en breve, de ciudadanas tienen a su alcance por un relativo módico precio cientos de canales televisivos. Cuando está comprobado que hay muchas más pantallas de información, con las redes sociales como eje vertebral. Es decir, la importancia de influencia política que se le da a los entes me temo que sea un reflejo condicionado de otros tiempos. Y a los hechos me remito. No se corresponde de manera directa la audiencia con los votos.

No obstante, es, todavía, un asunto serio lo de RTVE como para hacer bromas en las votaciones. En el congreso, alguien escribió Lauren Postigo, un personaje vinculado al flamenco y la copla, de largo recorrido popular. Y en el senado aparecieron escritos David Bisbal y Federico Jiménez Losantos. Lo malo es que este último tiene de verdad posibilidades naranjas para instaurar un régimen totalitario de verdad. Se está, una vez más, en broma y en serio, manoseando RTVE. No parece que corran muchos vientos renovadores en estos asuntos.