Los ciclistas le echan la culpa al empedrado cuando alguna etapa les va mal. Por cierto, ha comenzado La Vuelta y como todo el ciclismo de ahora, me parece un asunto ajeno. No me sirve ni para la siesta. No hago porras. No me interesa lo que sucede en televisión. ¿Tiene audiencias suficientes como para seguir con estas inversiones? En Valladolid se jugó un partido de fútbol de La Liga, la que quiere comerse el mundo, y se dio un espectáculo patético. El césped era un campo de remolacha justo después de la cosecha con maquinaria pesada. En este caso se quejaron todos del arenal con razón. Peligraba la salud de los futbolistas. 

Hacía mucho tiempo que no se veía una retransmisión en directo con las dificultades que se produjeron en el Gran Premio de Gran Bretaña en el circuito de Silverstone que emite Movistar. La lluvia apareció ya en los últimos entrenamientos y produjo caídas en cadena en una zona del circuito que había sido reasfaltado para este año y que había sido hecho de una manera tan poco acertada que en lugares muy concretos se concentraba el agua creando unas piscinas que eran imposibles de superar por las motos sin que hubiera accidentes. 

El sábado ya hubo un accidente grave, pero paró y se pudo hacer la clasificación. El domingo a primera hora, se pudieron dar unas vueltas, pero la lluvia no cesaba, y se iba retrasando el inicio de las carreras. Y fueron horas, muchas horas en las que solamente llovía, se veía a los jueces ir con el coche para ver cómo estaba la cosa, y se volvía a retrasar. Y así sucesivamente. Al final los pilotos se reunieron con los organizadores y decidieron suspenderlo porque no cesaba la lluvia y se echaba la tarde. Ernest Rivera mantuvo el tipo, acabó poniéndose de pie porque llevaba desde la nueve de la mañana y eran las cinco de la tarde y seguía lloviendo. El asfaltado.