28 OCT. 2018 DE REOJO El Imitador Raimundo Fitero La historia de la imitación está repleta de momentos realmente increíbles por sus logros. La confusión, la aproximación, el mimetismo, la capacidad para captar gestos o acentos, que no tienen por qué ser exactos, sino simplemente evocativos. La inmensa mayoría varones, actores con esta facilidad, pero desde hace años en nuestras pantallas y radios aparece uno que rompe con la tradición y alcanza unos niveles inverosímiles porque logra casi clónicos, y en muchas ocasiones, se enfrenta a sus imitados en vivo y en directo consiguiendo unas situaciones paradójicas porque parece que estemos ante un espejo, pese a que es más alto generalmente que sus imitados. Me refiero a Raúl Pérez, yo lo veo con frecuencia en “Late motiv” de Buenafuente, donde o hacen un programa de radio bastante dinámico y en el que el porpio director hace de las suyas imitando a algún conocido personaje, fue magnífica la de Antonio García Ferreras, clavado, o cuando aparece disfrazado de diversos personajes icónicos, y con algunos se enfrenta en plató. A mí me deja bastante sobresaltado la imitación que hace de Pablo Echenique, el político en silla de ruedas de Podemos. Es algo que une a su dificultad, los problemas de hacer bromas con un discapacitado, pues consigue, de verdad, emocionar, recordarlo de manera brutal, hacer bromas, confundir y lo hace física y oralmente. Roza la perfección. El otro día apareció en Cuatro, junto a Manu Carreño, y desarrolló una serie de personajes del mundo del deporte, y volvió a demostrar una facilidad que escapa a lo establecido, a lo lógico, a lo que podríamos considerar mensurable, tiene un don excepcional, excede a lo que hemos visto hasta la fecha, es algo muy parecido a un milagro, a una genialidad técnica, una rapidez mental y una disposición humorística fuera de serie. Es el Imitador.