Todas las miradas estaban puestas en Milán, en el Giuseppe Meazza, donde Inter y Barcelona se disputaban el liderato del grupo B. Sin embargo, mientras ambos equipos empataban sin goles en el 82 y todo parecía que se iban a repartir los puntos, las miradas se trasladaron a Nápoles. Y es que la sorprendente derrota del Liverpool ante el Estrella Roja en Belgrado (2-0), más el empate entre napolitanos y el PSG en Italia (1-1), pone el grupo C más igualado de lo que estaba.

La gran actuación de Neymar en la primera parte en San Paolo obtuvo su premio a filo del descanso. Un pase del brasileño a Mbappé terminó en gol de Bernat desde dentro del área pequeña. Gol psicológico –en ese momento el conjunto del jeque Al-Khelaïfi pasaba a ser líder del grupo cuando estaba hundido en la Champions–, aunque no lo suficiente para llevarse los tres puntos, ya que Insigne anotó de penalti en el minuto 62 al ser derribado Callejón cuando estaba en fuera de juego.

Unos cuantos kilómetros más al norte de Italia, en Milán, Luis Suárez se echó el equipo a sus espaldas con la ausencia de Messi –lo vio desde la grada–, pero no fue hasta el 82 cuando Malcolm, recién saltado al césped, puso por delante al equipo de Valverde. Sin embargo, solo cuatro minutos después, Icardi dejó todo como estaba al inicio.

Mientras, el Atlético ganó 2-0 (Saúl y Griezmann), aunque no con los goles suficientes ante el Borussia para arrebatarle el liderato –necesitaba cuatro tantos para pasar a liderar el grupo A– .

Juventus-Manchester United, hoy

Este duelo puede certificar a los italianos como serios aspirantes al título y poner en aprietos a los de Jose Mourinho en caso de perder y que gane el Valencia al Young Boys en Mestalla.

El Mónaco, hundido y con su presidente detenido

El Mónaco no está pasando por su mejor momento. Ni deportivo, ni institucional. El equipo dirigido por Thierry Henry cayó ayer por un contundente 0-4 ante el Brujas y es el nuevo farolillo rojo del grupo A. Este resultado sucedió después de que la policía detuviese por la mañana al presidente del Mónaco, el ruso Dmitri Rybolovlev, a petición de un juez monegasco, en el marco de una investigación por corrupción, tráfico de influencias activo y pasivo y complicidad en esos delitos. El bautizado como “Monacogate” destapó que el magnate ruso, enfrentado al hombre de negocios suizo Yves Bouvier, habría recurrido a una abogada rusa para intentar influir en las instancias judiciales del Principado. Además, según “Football Leaks”, el Mónaco tapó inyecciones de dinero de su propietario.I. C.