09 DIC. 2018 DE REOJO Detenidos Raimundo Fitero Conforme avanza el día camino de la noche tras su paso por la tarde, Macron va contando detenidos que no se sabe sin preventivos, indiscriminados o una lotería para aumentar la tensión y que no se acabe esta movilización popular que está convirtiendo la protesta parcial en universal. Claro, desde aquí, mirando de reojo a lo que hacen los Mossos en Catalunya, ver la contundente actuación de los “flics” en toda Francia, no hay manera de saber qué sucede, a quién representan los chalecos amarillos, si existen diversas facciones entre los mismos, con diversos matices cromáticos, si las mentiras televisivas son verdades subrogadas, porque dicen que existen moderados y radicales. Una vez más se demuestra de manera fehaciente que los vendedores de material antidisturbios han conseguido homogeneizar los uniformes y es difícil descubrir de quien son las cargas policiales sino se mira con detenimiento el contexto. Puede ser en Turquía, en Catalunya, Francia, México o Euskadi porque usan los mismos uniformes, se pertrechan con los mismos cascos, las mismas cananas, esos chalecos que deben pesar más que sus conciencias y las botas con rodilleras. Después, al acabar siempre hay parte de bajas de los policías y creo que es por absentismo laboral, porque son unos quejicas y porque esos uniformes deben destrozar las articulaciones. Las neuronas quedan a salvo. En su ADN. Decía que lo de Macron es grave, parece que son más de setecientos los detenidos. Muchos. Pero lo de Torra, Buch y los Mossos apaleando a los CDR, empieza a parecerse demasiado a un retablo medieval de incompetencia política, policial y de contradicciones que abren grietas en el discurso y el futuro. Las movilizaciones sin aparentes líderes dan mucho miedo a las autoridades. No saben con quién pactar. Los detenidos crecen.