Olores
Inmersos en una orgía de malos olores políticos, de asfixiantes efluvios de los residuos tóxicos de ideologías oportunistas dedicadas a la intoxicación, la televisión nos ofrece una cantidad insufrible de perfumes para todos los gustos y tendencias sexuales o simplemente concursales. Pero en medio de esta tormenta de cuerpos excelsos y sofisticados aparece un anuncio que me resulta premonitorio: un producto en forma de aerosol para que se pueda ir al excusado en cualquier lugar y momento porque anula los olores de nuestras defecaciones. Lo malo del anuncio es que parece destinado a las señoras, como si la mierda de varón se admite que huela de manera vomitiva, pero ellas, sobre todo en fiestas y lugares comunes, deben oler solamente a perfumes de marca. El invento se llama V.I.Poo, y no me importa este anuncio directo a algo que es formalmente insultante porque espero que se retire por machista.
Ha sucedido, otra vez, lo que acostumbra a suceder de una manera insoportable. Una mujer joven, sale a pasear o correr cerca de su casa, a media tarde, con luz, desaparece porque es atacada por un depredador y es encontrada a los días con síntomas de violencia y muerta. Este relato es reiterativo. Esta circunstancia es un código, algo que no para de reproducirse. Hoy se llora la muerte violenta de una joven, Laura Luelmo, veintiséis años, desplazada en una localidad onubense para hacer una sustitución en un instituto. En la estadística una suma, en la libertad una resta. ¿Qué se puede hacer? Que todas las personas olamos igual, que no exista educación machista ni partidos políticos machistas. Que se apliquen las leyes. Y que Antena3 y Tele5 no hagan caja con las desgracias ajenas. Lo de siempre. Asqueroso. Dejen tranquilos a las muertas. Dejen en paz a los vivos. Dejen a las autoridades que trabajen. Siguen los malos olores.