Que gane el Athletic
Alberto Uribe-Echevarría y Aitor Elizegi compiten en unas elecciones inciertas lidiando con la abstención y el voto de castigo.
«Todo el mundo es un perdedor. Los ganadores simplemente son perdedores con más paciencia»
George Hammond
Alberto Uribe-Echevarría o Aitor Elizegi, el candidato continuista con, se supone, la lección aprendida de dónde se ha fallado en estos siete años y medio, y el aspirante inesperado que tratará de rentabilizar el caldo de cultivo crítico generado en torno al Athletic en todo este tiempo. Y además de quienes ya tienen decidido a quién votarán hoy, están, y seguro que no son pocos, los que se debaten entre esa ancestral debilidad humana de elegir entre lo malo y lo menos malo, de manera que predomine la acción cerebral de reducir al máximo las amenazas en favor de un beneficio. De ahí que, por nuestra forma de ser, solamos apostar por aquello que menos peligro y dificultad ofrece. Y en esa tesitura se sitúan a pie de urna buena parte de socios, que elegirán a uno u otro, optarán por votar en blanco a modo de castigo o se quedarán en casa. El favorito es el ‘contador de cuentos’, el outsider es el ‘ilusionista’, pero las elecciones las carga el diablo, que es lo que tiene la democracia de un socio, un voto. El ganador, el nuevo presidente del Athletic hasta 2022, se conocerá a partir de las diez de la noche.
Hoy se pone punto y aparte a un proceso electoral en el que el antes ha tenido tanto que decir como el durante. Comicios anticipados decididos por el ‘aparato’, que no deseaba interferir en los municipales y forales de mayo, y que tampoco los deseaba ahora en diciembre. Cambiar para que nada cambie. Al final, en un sainete digno de ser contado dentro de unos años al calor de una lumbre, Aitor Elizegi se tiró a la piscina y por tanto Alberto Uribe-Echevarría se vio obligado a dar el paso al frente, empujado por otras renuncias previas. Al menos, que en eso sí ha ganado el Athletic, habrá urnas. Y lo que empezó como un duelo de caballeros y buenas palabras hacia el contrario, porque Athletic somos todos, acaba con un proceso enfangado y donde tanto unos como otros se han pegado más de un tiro en el pie para dificultar más todavía el dilema de elegir entre lo malo y lo menos malo. Es más, incluso los segundos espadas de uno y otro, Javier Aldazabal y Fernando San José, cada vez que han sido entrevistados, parecían mejores candidatos que sus ‘jefes’, o, al menos, más sensatos.
Alberto Uribe-Echevarría ha insistido en que él no es Urrutia, pero que su línea de trabajo será continuista en aquello bien hecho. Sin embargo, su perfil bajo, su discurso estudiado, su punto de soberbia no ha terminado de enganchar a quienes no lo tenían claro, con lo que más que en el candidato su fuerte ha recaído en el programa, más consistente y con menos fisuras que el de su rival. No han caído en contradicciones, han sabido manejarse mejor ante la prensa, han contado con el apoyo indisimulado del PNV, en los últimos días han dado paso mediático a la cara más convincente, amable y conciliadora de Javier Aldazabal, y aún así, han cometido la torpeza de la otra virtual vicesecretaria, Silvia Muriel, conceder ayer mismo una inoportuna entrevista sobre la tan cuestionada política de comunicación, sermoneando subida en un púlpito innecesario. Probablemente, al socio indeciso o reacio a la plancha continuista le hubiera gustado más escuchar cosas como «con el tema de la animación nos equivocamos todos, cuando se diseñaron las dos zonas de animación», que admitió Aldazabal, o «hemos detectado que ha habido ciertas tiranteces y quizás por nuestra parte deberíamos revisar un poco nuestra relación con el entorno, incluidos los medios de comunicación». Si se han hecho cosas mal o no del todo bien, se admite y eso da crebilidad a un proyecto que quiere desmarcarse.
Al otro lado del ring electoral, un pura sangre como Aitor Elizegi, un virtuoso de las palabras y más empático que su oponente, que se ha pateado más calles y ha estrechado más manos estas dos semanas, pero con un discurso nebuloso, populista y de encantador de serpientes, que, no obstante, ha calado en muchos de quienes asisten con preocupación al momento actual del Athletic. Tras sus miradas a los ojos y niños de Minnesota, subió el tono dialéctico de la contienda arremetiendo sin pudor hacia su rival, llegando a tildar a Uribe-Echevarría de «contador de cuentos» y descalificar a Josu Urrutia al que llamó «iluminado». Les ha acusado de no jugar limpio a la hora de convocar las elecciones, de no querer que se celebraran o disponer de esos 300 millones que él no tendría, ha criticado que Lezama va mal, que no se ha hecho lo suficiente en la animación, ni en la Fundación, que se están perdiendo los valores del club, incluso se metió en el barrizal de la filosofía para acusar a la anterior Junta de hacer «atajos» en ciertos fichajes. Incluso de copiarles ideas o haber malgastado el «Gure estiloa». En síntesis, «elegir entre los que sueñan y hacen realidad un Athletic mejor y los que solo cuentan a diario el dinero, pero de los demás, de todos los socios».
La crítica respuesta de Uribe-Echevarría a sus contrincantes la sintetizaba de una manera quirúrgica en la edición de ayer ‘‘Cantera Deportiva’’, al advertir que «el Athletic es una industria de más de 120 millones de presupuesto anual, que ahora mismo tiene que competir en un mercado global brutal y muy peligroso para nuestros intereses. Eso no se gestiona con palabrería y frases huecas, ni mirando a los ojos a los rivales. Hace falta seriedad, credibilidad, gestión y solvencia. También ilusión, pero no ilusionismo». Cortita y al pie, que diría aquel.
Ercoreca y Suances, con Elizegi
El día ha llegado. Ayer, la plancha de Elizegi anunció que para su idea de relanzar la Fundación del club contarán con el conocido empresario Juan Carlos Ercoreca como presidente de la misma, y el exfutbolista rojiblanco y entrenador Gontzal Suances como asesor deportivo. «Para mí la decisión correcta era apoyar a Aitor Elizegi, que cuenta con un equipo cargado de talento», justificó el primero. Por lo que a Uribe-Echevarría se refiere, acto con peñas rojiblancas, mientras ponía el punto y final a través de la página web de su candidatura, para hablar de proyectos, «sin fantasías, sin quimeras, sin ideales inalcanzables, sin acusar a los demás de ser culpables de todas las dificultades, con datos concretos, porque sabemos de dónde venimos y, también, hacia dónde vamos».
La suerte está echada. Hay serio temor a la abstención, al voto de castigo para ambos contendientes, quizá por eso el contador ya se apresuró a pedir «al socio que vaya a votar. Que analice programas y decida a quién elige, pero que vote, que no se quede en casa». Elizegi se mostró ayer confiado en que sea un día de «fiesta» y pidió a la masa social «que participéis, muy importante para buscar un cambio, para entre todas dibujar, crear, para dar los primeros pasos por el Athletic del futuro».
Al cantante argentino Andrés Calamaro le preguntaron por el reciente Boca-River de la final de la Libertadores, y su respuesta salomónica fue «que gane el mejor... o el peor». O, ya saben, el perdedor con más paciencia. Sí ganó ese día el fútbol, al menos en emoción. Que es como decir que este 27 de diciembre de 2018 gane el Athletic.
Athletic Indartu y la ICHH no decantan su voto por ninguno; Piratak, por Elizegi
El día ha llegado. Y cada cual decanta sus preferencias, como hizo Piratak Athletic, apoyando ayer de manera pública a Aitor Elizegi... o no, que es por lo que han optado dos ‘voces’ de las que también se aguardaba con interés su posicionamiento final ante las urnas que se abren hoy. Athletic Indartu no irá con nadie en estas elecciones, aunque sí que empatiza más con una que con otra alternativa a tenor de las respuestas que ha tenido a sus planteamientos. Según ha constatado GARA, esta corriente surgida al inicio del proceso electoral ha decidido que no pedirá el voto para nadie, aunque matiza al mismo tiempo que ha sido Aitor Elizegi quien más receptividad ha demostrado en las conversaciones y reuniones mantenidas. Athletic Indartu detalló una serie de planteamientos a trasladar a los aspirantes a Ibaigane, más de una docena de puntos, desde el tratamiento del euskera a la «democratización» de los futuros estatutos del club, pasando por la animación o el fútbol femenino. Y con la plancha de Elizegi ha habido sintonía en la mayoría de esos aspectos, e incluso el cocinero les ha ofrecido que estén presentes en las comisiones de trabajo que tiene previsto crear.
Con el proyecto de Uribe-Echevarría, lamentan desde Athletic Indartu, apenas sí ha habido intercambio de impresiones. En cualquier caso, se limitan a hacer una invitación a quienes estaban pendientes de su postura a que se decanten por la opción que prefieran. Convite similar al que hizo de ayer la Iñigo Cabacas Herri Harmaila, en donde, a través de un comunicado, informaba que «hemos decidido no apoyar públicamente a ninguno de los dos candidatos, ya que creemos bueno para la institución la no instrumentalización de ningún punto, y que cada socio y socia vote lo que considere mejor para el Athletic», no sin antes «agradecer» a ambos aspirantes y sus respectivos equipos «el tiempo dedicado a estar con nosotros».
Hasta dos encuentros con cada candidato han mantenido durante estas fechas, donde han hablado del área social y la recurrente mejora de la animación en el estadio. Eso sí, «las dos candidaturas han escuchado, valorado y agradecido nuestras propuestas, incluso una de ellas ha incluido ideas nuestras y fechas concretas para las mejoras», en referencia, sin citarlo en su comunicado, al compromiso público adoptado por Uribe-Echevarría de trasladar en la Asamblea General de octubre de 2019 una propuesta concreta para mejorar la animación en San Mamés a partir de 2020.
Quien sí ha decidido posicionarse ha sido Piratak Athletic, haciéndolo por Elizegi. No se «conforman con promesas, somos más de hechos», dicen, y cuestionan que «lo más fácil es quedar en tierra de nadie y no mojarse por ninguno de los candidatos». Entiende este colectivo que «la candidatura de Uribe-Echevarría nos parece más de lo mismo, continuista en la que la palabra autocrítica brilla por su ausencia», en tanto la de Elizegi trae «ideas nuevas e interesantes en animación, un programa ilusionante y el athleticzale tiene un papel predominante».J.V.