Carta al lehendakari Urkullu

Siento molestarle, comprendo que en el puesto que ocupa son muchas e importantes las obligaciones que ha de atender y que el asunto con el que le distraigo le parecerá de poco interés. Mas no lo es así para mi pequeño pueblo, Sukarrieta, al que usted acudió hace ya días como todos los años para homenajear a Sabino Arana enterrado en nuestro cementerio. Con la salvedad de que en este, las circunstancias han sido bien distintas y me explico: Sabino Arana se casó y vivió muchos años en el barrio de Abiña (Sukarrieta). Mas ahora resulta que con la excusa de que los enclaves deben desaparecer (y por lo visto Abiña lo era), la Diputación reunió en Gernika a las Juntas Generales para ese fin y, milagrosamente, de cuarenta y siete junteros reunidos en la votación que se llevó a cabo, cuarenta se abstuvieron, regalando así el enclave a Busturia.

Parece cuando menos chocante y extraño el resultado de esa votación. Que cada cual extraiga sus conclusiones, yo ya he sacado las mías. Así es como resulta que la consecuencia de todo esto es que el gran hombre que fue Sabino Arana, gran parte de cuya vida transcurrió en Sukarrieta, resulta ahora que vivió en Busturia. ¡Si levantara la cabeza!

Ahora bien, dígame usted, si todo lo relatado le parece justo; si es justo que a un pueblo de kilómetro y medio de extensión, segundo más pequeño de Bizkaia, le roben casi un cuarto de un territorio para cedérselo a Busturia de casi veinte kilómetros de extensión con la excusa, como ya he dicho, de hacer desaparecer el enclave de Abiña.

De los demás, que los hay, nadie se acuerda.

Así que resulta que las generaciones futuras cuando estudiar la historia de nuestro país aprenderán que Sabino Arana vivió en Busturia gracias a los chanchullos de algunos.

Sr. Urkullu, usted sabrá que Sukarrieta nació en Abiña allá por el año 1400. ¿No va a consentir que nos arrebaten hasta el lugar en que nacimos? ¿Por qué Sabino Arana está enterrado en Sukarrieta y viene usted a homenajearlo aquí?

Lo tiene fácil, haga que se dicte una norma final que permita restituir enclaves históricos a los municipios, y a Sukarrieta al que la naturaleza le concedió; a Sabino también.