Nosotros
Los mineros se están jugando el tipo para rescatar al niño Julen atrapado en el pozo. La consigna es diáfana: “Ningún minero se queda en la mina y hoy, Julen, es un minero”. Vale, estamos viviendo esta peripecia al momento. Se ha convertido en un espectáculo de consumo. Y aparecen los carroñeros. Y los oportunistas. Esperaremos. Los taxistas de Madrid suben su apuesta, sus movilizaciones empiezan a ser muy duras. Y aparecen personajes entre sus filas que están alcanzando fama. Uno se llama “Peseto Loco”. Miro atento a las entregas de este conflicto porque estoy convencido de que lo importante es el subtexto.
No obstante, lo de Venezuela ha irrumpido en el panorama con todos los ingredientes de algo muy forzado, de un plan organizado desde los servicios de inteligencia del Imperio, y traído rápidamente al desconcierto estatal para ver a Zipi y Zape, de nuevo, peleándose por estar a la cabeza de la reacción y de la mano dura. Se entretienen para despistar de sus problemas propios. A mí me dan ganas de autoproclamarme presidente de mi escalera. Y el que venga atrás que arree.
Por eso uno ama tanto a la televisión bien hecha, al reporterismo de verdad, a los periodistas de fuste. Y entre ellos se cuenta Gonzo, que casi cada día en “El Intermedio” nos lo demuestra pero que La Sexta emitió la otra noche un espeluznante reportaje, “Detrás el muro”, que seguía a algunas personas migrantes, de todas las condiciones y estamentos sociales, que huyendo del terror de sus países centroamericanos atraviesan México para chocarse con el muro en la frontera con USA e intentar atravesarlo al precio que sea. Antológico. Cercano, humano, realista, poético. Una maravilla. Y una idea lanzada por Gonzo al ser preguntado en una entrevista ¿quiénes son los que emigran? Nosotros. Exactamente esos seres humanos somos nosotros.