Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - RETABET BILBAO BASKET

El poderío físico del Betis impide que la Copa venga a Bilbo

La presión defensiva hispalense ahogó el ataque delos de Mumbrú, que además abusaron de los triples.La reacción vizcaina llegó demasiado tarde.

BETIS 80

RETABET B. BASKET 70

 

RETAbet Bilbao Basket no pudo frenar ni la racha de victorias del Betis ni la «tradición» que, desde 2009, supone que la Copa LEB caiga para el anfitrión. El inacabable fondo de armario hispalense impuso su físico, ahogando a los hombres de negro, que reaccionaron en el tramo final para pasar del 61-44 a una derrota más digna.

En cambio, el inicio no pudo ser más alentador. Los de Mumbrú arrancaron mucho mejor que el Betis, sobre todo un Jaylon Brown que olvidó sus problemas en el metatarsiano para martillear a golpe de triple el aro hispalense. Los de Mumbrú pillaron en frío a los andaluces y pudieron escaparse 9-15.

Sin embargo, se veía con excesiva claridad el abuso del tiro exterior de los bilbainos –lanzaron 32 triples, ¡22! de ellos en la primera mitad–, mientras que los de Curro Segura buscaban en su profundo baúl la forma de contrarrestar la puesta en acción rival. Así, por un lado Bropleh –MVP de la final– les dio puntos para remontar; por el otro, la presión defensiva de Lluis Costa sobre Salgado ahogaba el ataque estático bilbaino.

El Betis tomó la delantera 20-19 al final del primer cuarto y vivió un dulce arranque de Pablo Almazán en el segundo. Con Jaylon Brown y Schreiner en el banco, Bilbao Basket sudaba mucho más para generar puntos. No obstante, el peor mal vizcaino era la defensa de su rebote defensivo. El cuadro sevillano cargaba con todo el rebote de ataque y conseguía canastas después de hasta tres intentos.

Mumbrú pedía tiempo muerto y arengaba a los suyos para que apretaran en defensa. «¡Vamos siempre un segundo tarde y hacen con nosotros lo que quieren!», les espetaba. La bronca no le sentaba mal a sus muchachos, pero el 40-35 con el que se llegó al descanso mostraba la tendencia al alza del Betis, mientras que evidenciaba que los hombres de negro debían poner un nuevo plan en marcha, toda vez que los interiores; es decir, Demetrio, Lammers, Larsen o Cruz entraban en juego a cuentagotas, al tiempo que había que hallar una vía de escape a la presión defensiva sevillana.

Demasiados enemigos

La primera canasta del tercer cuarto la metió Iván Cruz, un buen presagio que quedó en nada. Los bilbainos, que solo habían lanzado ¡cinco tiros de dos! en la primera mitad, variaron un poco su juego, en buena medida porque la defensa del Betis salía a morder, ante todo a Brown. La balanza no tardó en decantarse del lado sevillano merced a un parcial de 21-11.

Para cuando decidió Mumbrú parar el juego, el luminoso marcaba un 61-44 ilevantable. Aparte de que el Betis defendía duro, Bilbao Basket perdonaba en exceso –12 de 19 en tiros libres– y cundía la desesperación.

Pero hete aquí que el Betis aflojó, Salgado pudo conectar con Lammers y Demetrio un par de veces y hasta Jaylon Brown volvió a anotar. Los bilbainos se arrimaron hasta el 74-67, pero el ex de Bilbao Basket Mamadou Samb evitó la voltereta final con pulso firme desde la línea de tiros libres. Y es que Bilbao Basket se enfrentó a un rival con demasiados recursos.

 

Mumbrú: «Si lo das todo no existe frustración»

No pudo Alex Mumbrú más que aceptar la derrota con deportividad. «Han sido muy agresivos y tenían claro en cada momento a lo que querían jugar. Se han merecido la victoria», admitió.

«Hemos comenzado muy enchufados, pero ellos han llevado el partido donde querían», analizó el badalonés. «Ello nos ha obligado a tirar demasiado de fuera. Después, como sabíamos que saldrían fuertes tras el descanso, buscamos el juego interior pero no hemos sabido encontrar soluciones», relató. Con todo, Mumbrú quiso dejar un mensaje positivo. «Si lo das todo, no hay frustración. Estamos en una buena línea. Veremos a final de temporada».

En opinión de Rafa Huertas, la confianza con que el Betis llegó a esta final fue esencial. «Después de 18 partidos seguidos, ellos tenían la confianza muy alta. Habíamos preparado bien las cosas, pero nos topamos con un equipo muy sólido», terminó el escolta. A.G.