14 ABR. 2019 JO PUNTUA Juezas por la igualdad Fede de los Ríos Una jueza fue la responsable de la instrucción por terrorismo y encarcelamiento sin juicio de los de la bronca de bar de Altsasu y jueza también la que siguió adelante con el juicio por terrorismo. Otra jueza absolvió hace días a los guardiaciviles acusados de poner el Cara al Sol en un bar, agredir a la dueña y obligar a los clientes a apagar los móviles y meterse balas en la boca. Las declaraciones de los afectados a juicio su señoría eran contradictorias, las de los miembros del benemérito cuerpo no. Una magistrada se inhibe y deriva a Ángel Hernández, el hombre que ayudó a morir a su compañera, María José Carrasco, al juzgado de violencia de género al «entender» que todo acto violento hacia una mujer por parte de su pareja es considerado violencia machista. Justicia estricta, sin empatía alguna ni zarandajas que oculten la verdad jurídica. Una jueza acaba de condenar a un año de prisión a Clemente Bernard por grabar una misa de la Hermandad de los Caballeros Voluntarios de la Cruz, al objeto de denunciar la exaltación, continuada en años, del golpe militar que impuso una dictadura nacional-católica que ocasionó cientos de miles de muertos y una losa de miseria material e intelectual prolongada durante decenas de años sobre lo que llaman España. La jueza pertenece, eso sí, a la asociación de Jueces y Juezas para la Democracia, Democracia Orgánica, como la deseada por el Caudillo suponemos. La aséptica magister pro-demócrata arguye no entrar en valoraciones acerca de lo que allí se celebraba sino la forma en la que nos enteramos de lo acontecido entre los muros que no era otra cosa que la de «mantener íntegramente y con agresividad si fuera preciso, el espíritu que llevó a Navarra a la Cruzada por Dios y por España». Conocido el adagio popular «cuando el sabio apunta a la Luna, el imbécil mira al dedo». Padecer injusticia y discriminación, no hace a las personas más justas e igualitarias. Hace falta conciencia de lo real, de clase la llamaban los ancianos y ancianas del lugar. Es una pena pero es asín/a. Justicia estricta, sin empatía alguna ni zarandajas que oculten la verdad jurídica