La reflexión se puede entender como el acto de flexionarse varias veces las neuronas para entender lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Para que no quepan dudas, yo ya he votado. Y he votado lo que se debe votar. Punto. Pero ando reflexionando, leo que un señor muy formado, con muchos estudios nos dice: «Dios no ha creado al hombre; es el ser humano el que ha creado a Dios». Las mayúsculas son retóricas. O sea, los dioses son los miedos. El voto útil y el voto inútil no dejan de ser dos votos. El denominado oasis político vasco puede sufrir tormentas de arena que nos sepulten si al contar los votos generales aparecen posibilidades para que en España vuelva a amanecer. 

Entender la relación entre las audiencias de los debates, de las entrevistas a los candidatos en flor y los posibles resultados electorales es uno de los entretenimientos preferidos de la sociología recreativa. Seguimos anclados en el convencionalismo y los parámetros de la pantalla grande o cine y la pantalla tonta o televisión, por lo tanto, alimentamos un dios menor que consistía en inocular el miedo y considerar que los telediarios y similares son los que conforman la tendencia del voto. Y tienen su influencia, pero algunos heterodoxos mantenemos la teoría, tan intuitiva como otras, de que lo que realmente influye son los programas de entretenimiento. Ver saltar de un helicóptero a Isabel Pantoja es campaña electoral sin ninguna duda. Más si el inicio de ese programa se hace con una imagen de ese monstruo de la reacción cutre llamado Jorge Javier Vázquez post-ictus y en conjunto con otras famosas y logran un porcentaje de audiencia superlativo y un cómputo de cuatro millones de votantes trasnochando para ver esa imbecilidad. Vaticina una tendencia hacia la extrema derecha. Es la campaña de Berlusconi y sus sicarios.