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EDITORIALA

Un Primero de Mayo combativo pero dividido


Trabajadoras y trabajadores de todo el mundo celebraron ayer el Primero de Mayo con numerosas manifestaciones que, en general, transcurrieron sin incidentes. Si bien el Día Internacional de los Trabajadores ha ido perdiendo ese carácter de jornada de lucha que tenía en otra época, la crisis económica y el recorte de derechos sociales han empujado a trabajadores y sindicatos a reaccionar contra esos ataques de una forma cada vez más contundente. Y esos cambios se aprecian tanto en los discursos como en el ambiente de las movilizaciones.

De la jornada de ayer destaca el llamamiento a luchar contra la precariedad, que se ha convertido en la principal característica de las relaciones laborales de este siglo. No faltaron referencias a la explotación, al desempleo, a la temporalidad, a los bajos salarios y a la brecha salarial, así como la exigencia de unas pensiones dignas y la denuncia de los accidentes laborales; especial atención se dedicó a las mujeres y los jóvenes que conforman los sectores que con más intensidad padecen los recortes de derechos laborales. Asimismo, conviene señalar el carácter cada vez más político del discurso obrero que subrayó la idea de que el mejor antídoto contra la ultraderecha es el respeto a los derechos de la clase trabajadora, el reparto de la riqueza y, en general, la implementación de una verdadera agenda social. El intento de golpe de Estado en Venezuela marcó las movilizaciones en las que se denunció la injerencia del imperialismo norteamericano, denuncia muy presente también en Cuba que sufrirá a partir de hoy un endurecimiento del embargo y nuevas sanciones.

Cambios positivos que apuntan a una creciente politización de las luchas laborales. Sin embargo, todavía persiste una fuerte división sindical que se tradujo en convocatorias separadas. En este aspecto, la única nota positiva estuvo en Baiona donde hubo un llamamiento conjunto de CGT, LAB y varios movimientos sociales.